Algunos hosteleros sevillanos han dado por concluida la Semana Santa en plena recta final debido a las fuertes precipitaciones que están cayendo sobre la capital hispalense desde el Jueves Santo, por lo que han augurado un balance negativo de ventas en una semana que se esperaba buena después de la crisis económica que está sufriendo el sector.

Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press Televisión, el propietario de un establecimiento situado en pleno casco histórico de la capital, Emilio González, quien ha asegurado que hasta el momento "las ventas han sido totalmente nulas" y no vaticinan una mejoría en lo que queda de semana.

"Se esperaban algunos días de lluvia pero no tantos", ha señalado el dueño de este negocio, que ha añadido que ha tenido que prescindir en plena Semana Santa de varios empleados que había contratado por la falta de clientes. Una situación que no esperaba y que ha provocado que el género que había adquirido se que "todo en los almacenes".

Así, ha lamentado que no sólo la crisis, "que está afectando mucho" al sector, está influyendo en la previsión del gasto, se añade además la "mala" Semana Santa que están padeciendo y que ha agudizado la mala situación económica.

"el último día de semana santa fue el miércoles"

"Hay muy pocos clientes y el turismo no ha pasado por aquí, por lo que este año las ventas han sido totalmente nulas", ha reiterado y ha asegurado que "el último día de Semana Santa fue el miércoles" para el gremio hostelero. "Este año, además de la crisis, nos viene este agua que va a ser malísima para nosotros", ha aseverado.

Por su parte, el propietario de un famoso establecimiento por el lugar que ocupa en el centro de la capital, en plena Carrera Oficial, Borja Hernández, ha afirmado que "la gente está pasada por agua" y ha asegurado que no recuerda "una Semana Santa tan mala como esta". "La tarde del Jueves Santo y la 'Madrugá' del viernes se han perdido", ha aseverado, al tiempo que ha afirmado que las ventas están siendo "muy malas".

A pesar de que este negocio cuenta con "la ventaja de que al llover se abren los accesos" al casco histórico y los clientes tienen "más facilidades" para acceder al establecimiento, las fuertes precipitaciones obligan a "cerrar antes y que haya menos gente en la calle".

Además, ha dicho que "todos los clientes" que normalmente se encuentran en la tribuna y en la céntrica calle Sierpes a la espera de ver pasar las cofradías "no han venido este año". "Desgraciadamente no es la Semana Santa que previsiblemente esperábamos. Hacían falta unas buenas ventas que no han podido ser y estamos muy perjudicados", ha concluido.