El Tribunal Supremo ha ordenado indemnizar con 144.921 euros a la viuda de un hombre que murió después de que el coche que conducía chocara contra una roca de grandes dimensiones que obstaculizaba la autovía por la que circulaba.Los hechos se produjeron en septiembre del año 2001 en la autovía A-30 a la altura de Hellín (Albacete).

El alto tribunal modifica con este fallo una resolución de la Audiencia Nacional por la que se decidió limitar el monto de la indemnización a 22.419 euros, al considerar que el fallecido pudo haber frenado a tiempo y evitar así el choque, dado que la calzada donde se encontraba la enorme piedra disponía de una visibilidad de más de 150 metros.

El coche de la víctima impactó contra la roca que había quedado atravesada en la autovía. Otros vehículos que también circulaban por la carretera lograron evitar el obstáculo.

El Supremo explica en su sentencia que afirmación de la Audiencia Nacional de que el conductor pudo cometer una "negligencia" al no intentar frenar sólo constituye "un juicio de probabilidades". Destaca que la autovía en cuestión dispone de doble calzada en cada sentido de circulación por lo que pudo darse el caso de que, en el momento del accidente, circularan en ambos sentidos vehículos de grandes dimensiones que obstaculizaran la visión.

El alto tribunal añade que la Administración —en este caso el Ministerio de Fomento— ofreció en aquel caso "una anómala prestación del servicio en una autovía nacional" dado que la presencia de la roca no había quedado señalizada por lo que se impedía al conductor "adoptar ninguna medida de precaución".