Los centros de atención a la dependencia podrán acreditarse para ofrecer nuevos servicios a mayores de aquellos que dan en la actualidad, con el fin de "optimizar los recursos" y hacer "un traje a medida" de cada usuario.

Así lo ha indicado la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, en una rueda de prensa en la que ha afirmado que esta nueva cartera de servicios sociales para la dependencia, que la Xunta regulará por decreto, supone "una transformación radical en la forma de entender la prestación de servicios", pues se pasa de "un modelo basado en centros a uno basado en los servicios".

De este modo, los centros podrán dar "servicios de diferente naturaleza" y pensados para diferentes intensidades de dependencia. Los centros mantendrán la actividad que desarrollan en la actualidad y podrán acreditarse para ofrecer otras nuevas, de tal forma que, por ejemplo, una residencia permita el uso de sus instalaciones en determinadas horas como centro de día para otros usuarios o implante servicios específicos para alguna dolencia.

El decreto, en fase de redacción, estará listo para su entrada en vigor "en unos meses" y permitirá, según ha defendido Mato, "ampliar servicios, optimizar los centros y adecuar los servicios a los dependientes". Por primera vez, ha recalcado, se reconocen servicios específicos para diferentes tipos de discapacidad "en lugar de plantearse una atención a la discapacidad indiferenciada".

Además, ha destacado que "se rompe la barrera de la edad", de modo que no será necesario que los usuarios superen los 65 años para poder lograr una plaza en una residencia. "Los usuarios tendrán acceso a un menú de recursos flexibles; es un salto cualitativo muy importante", ha afirmado.

La conselleira ha incidido en que el modelo propuesto combina una serie de herramientas comunes (de prevención de la discapacidad, teleasistencia y ayuda a domicilio) con otras específicas y busca "ante todo, garantizar la calidad" y "el máximo bienestar".

Los centros deberán acreditar sus infraestructuras, para lo que el decreto establecerá unos mínimos. La tramitación para que los dependientes pidan los servicios que se adapten a sus necesidades se hará mediante el Plan Individual de Atención (PIA) y en función del informe del trabajador social, las peticiones de la familia y los servicios disponibles.

Planificación de futuro

La titular de Benestar ha defendido que este cambio de modelo nace "del consenso" con los profesionales implicados en la atención a la dependencia y los ayuntamientos y se basa en un estudio de diagnóstico, para el que se hicieron más de 600 encuestas con profesionales de este ámbito.

Asimismo, incluye una proyección de las necesidades futuras en materia de dependencia, lo que permite "una mayor planificación", ha apuntado Mato.