Raúl Castro plantea limitar los mandatos en la apertura del congreso del Partido Comunista

  • Los principales cargos políticos y estatales del país podrían gobernar hasta un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años.
  • Hace autocrítica para "superar los errores" cometidos durante más de 50 años.
  • Apeló la necesidad de preparar el relevo generacional para rejuvenecer el PCC.
  • El congreso deberá ratificar el plan de reformas económicas para actualizar el modelo socialista de la isla.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, se dirige al público durante la inauguración del Sexto Congreso del Partido Comunista en La Habana.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, se dirige al público durante la inauguración del Sexto Congreso del Partido Comunista en La Habana.
Enrique de la Osa / REUTERS
El presidente de Cuba, Raúl Castro, se dirige al público durante la inauguración del Sexto Congreso del Partido Comunista en La Habana.

El presidente de Cuba, Raúl Castro, inauguró este sábado el VI Congreso del Partido Comunista (el anterior se celebró en 1997) con un discurso muy crítico con la organización, en el que planteó la limitación de mandatos de los principales cargos políticos y estatales del país a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años.

Casi dos horas y media empleó el general Castro para presentar el informe central del cónclave comunista, en una intervención donde advirtió a los 997 delegados del PCC que lo que se apruebe en este Congreso "no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido".

"Se me cae la cara de vergüenza de tener que confesarlo públicamente en este Congreso", llegó a decir el segundo secretario del PCC, quien reclamó una "severa autocrítica" al partido porque "lo único" que puede hacer fracasar a la revolución y al socialismo es "la incapacidad para superar los errores" que se han cometido durante más de cincuenta años.

Exhortó a los dirigentes comunistas a "desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías", dejar de lado el "formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones" y "despojar para siempre al partido de todas las funciones no propias de su carácter", diferenciando su papel de el del Gobierno.

Criticó especialmente la política de cuadros, advirtió de que los dirigentes no surgen del "amiguismo favorecedor" y tachó de "errónea" la exigencia "tácita" de tener que militar en el PCC o su filial juvenil para desempeñar un cargo de dirección.

Pero la mayor sorpresa de su discurso llegó cuando planteó la limitación de los mandatos de cargos políticos y estatales "fundamentales" a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años cada uno.

"Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones", explicó.

Relevos en el Partido

También mencionó la necesidad de preparar el relevo generacional ante un Congreso comunista llamado a ser el último de los dirigentes históricos de la revolución.

"Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno", destacó Raúl Castro.

Esa cuestión, añadió, se debe "solucionar paulatinamente, a lo largo del quinquenio, sin precipitaciones ni improvisaciones, pero empezar tan pronto como concluya el Congreso".

Exhortó a garantizar "el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas, desde la base hasta los compañeros que ocupan las principales responsabilidades, sin excluir al actual presidente de los consejos del estado y de ministros y al primer secretario del comité central que resulte electo en este congreso".

"Actualización" de la economía cubana

Raúl Castro hizo estas consideraciones ante un Congreso que deberá ratificar el plan de reformas económicas que su Gobierno impulsa en la isla para actualizar el modelo socialista y superar la aguda depresión que arrastra el país.

Dentro de su plan de ajustes, el presidente cubano anunció que su Gobierno prepara leyes para autorizar la compra y venta de automóviles y casas entre particulares, autorizar los créditos bancarios a los trabajadores por cuenta propia y ampliar la entrega de tierras ociosas en usufructo a los productores agropecuarios que tengan "resultados destacados".

Insistió en que la "actualización económica" requerirá modificaciones en la legislación cubana e incluso ajustes en la Constitución que se propondrán "en su debido momento".

Raúl Castro se empleó durante su discurso en explicar las razones para la eliminación, de forma gradual, de la libreta de abastecimiento, uno de los asuntos que más polémica ha suscitado en los debates populares sobre las reformas que se han celebrado previos al Congreso comunista.

Insistió en que la cartilla se ha convertido con los años en "una carga insoportable" para la economía, al tiempo que no estimula el trabajo y genera "ilegalidades diversas", aunque "la revolución no dejará a ningún cubano desamparado" y el sistema de atención social se reorganizará para asegurar el sostenimiento de aquellos que realmente lo requieran.

Con el discurso de Raúl Castro quedó abierto un VI Congreso del PCC, que promete ser crucial y que, además de aprobar el plan de reformas económicas, elegirá a sus órganos de dirección, con la previsión de que se "formalice" la renuncia del expresidente Fidel Castro como primer secretario del partido.

Los casi mil delegados que asisten al Congreso estarán congregados en el Palacio de Convenciones de La Habana hasta el martes 19 de abril, día de la clausura del evento.

Da por concluido el proceso de excarcelaciones

El presidente cubano, Raúl Castro, dio también por concluido el proceso de excarcelaciones de presos políticos -"contrarrevolucionarios", según su definición- abierto en la isla el año pasado y resaltó la contribución de la Iglesia Católica y España en ese proceso.

"Por decisión soberana de nuestro Gobierno (los presos) fueron liberados sin haber cumplido totalmente sus sanciones", señaló. Castro apuntó que ese proceso "podíamos hacerlo de manera directa y atribuirnos el mérito cierto de que lo decidíamos considerando la fortaleza de la revolución".

"Sin embargo lo efectuamos en el marco de un diálogo de respeto mutuo, lealtad y transparencia de la alta jerarquía de la Iglesia católica que contribuyó con su labor humanitaria a que esta acción concluyera en armonía y cuyos laureles en todo caso, corresponden a esa institución religiosa", añadió.

El Gobierno de La Habana se comprometió el año pasado a liberar a todos los presos del llamado 'Grupo de los 75', disidentes condenados en la 'Primavera Negra' de 2003 que permanecían en prisión (52 en aquel momento), en el marco de un inédito diálogo con la Iglesia católica que fue respaldado por el Gobierno español.

Las autoridades cubanas extendieron luego las excarcelaciones a otra categoría de presos condenados por delitos contra la seguridad del Estado.

En total, durante el proceso iniciado en julio de 2010 fueron liberados 115 presos, de los cuales 103 viajaron a España con 647 familiares, y solo doce del 'Grupo de los 75' rechazó el exilio y permanecen en la isla después de haber sido excarcelados.

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