El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha reconocido que no está de acuerdo con el ERE que Telefónica va a plantear dentro de las medidas para reducir su plantilla en España en un 20%.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y a preguntas sobre su opinión sobre las medidas laborales anunciadas este jueves por Telefónica ante la conferencia de inversores de Londres, Rubalcaba dijo escuetamente: "No estoy de acuerdo. Más claro no puedo ser". El presidente de Telefónica de España, Guillermo Ansaldo, anunció este jueves ante los inversores que están planteando externalizaciones y reestructuraciones que pueden afectar al 20% de la plantilla (unos 5.600 trabajadores, según la UGT). Escasas horas después, este viernes, Telefónica ha informado de que propondrá a su junta de accionistas la aprobación de un plan de incentivos para directivos por un importe de 450 millones de euros, y otro ligado a la permanencia de directivos y determinado personal por otros 50 millones.

Por su parte, el coordinador general de IU, Cayo Lara, ha asegurado que "debería estar tipificado como delito" que empresas con beneficios como Telefónica "sigan despidiendo a trabajadores". El líder de IU ha recordado que Telefónica ganó el año pasado más de 10.000 millones de euros y, sin embargo, va a destinar 600 millones a despedir a trabajadores. Para Lara, el hecho de que en la misma empresa haya beneficios y despidos es "inconcebible e incomprensible", si bien reconoce que ésta es "la nueva cara del sistema capitalista de producción".

"Cuando las empresas pierden recursos, despiden a los trabajadores porque hay pérdidas, y cuando tienen beneficios despiden a los trabajadores porque son insaciables y quieren seguir ganando más y más", ha lamentado Lara, que ha confiado en que "algún día -Telefónica- sea una empresa que pueda volver a ser gestionada por el Estado".

También el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha expresado su malestar ante el anuncio de despidos en Telefónica y ha llamado a la empresa a que "corrija" la "imagen sangrante y sonrojante" que ha dado con su plan de incentivos para directivos. "Francamente, me parece que tal y como ha anunciado la dirección de Telefónica la reducción de plantilla y el aumento de los incentivos a los directivos, lo que ha hecho ha sido trasladar una imagen sangrante y sonrojante", ha dicho Méndez en una rueda de prensa en Palma.

Méndez ha añadido que "desgraciadamente" este anuncio "con esa doble cara" ya se ha producido antes en otras compañías en el mundo y ha apuntado que "es curioso observar cómo lo primero que se ha recuperado han sido las retribuciones de los directivos en muchas empresas", aunque ha señalado que este no es el caso de Telefónica. Asimismo, ha reiterado que algunas de estas empresas de otros países han necesitado fondos públicos para salir a flote "y lo primero que han recuperado han sido los incentivos de los directivos".

En cuanto a Telefónica, de la cual ha remarcado que es la primera multinacional española y "un espejo a nivel internacional", espera que su dirección corrija esta imagen que, ha vuelto a repetir, es "sangrante y sonrojante".

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha eludido comentar el plan de ajuste anunciado por Telefónica al desconocer sus detalles. "Cuando lo conozca podré dar una opinión, de momento no la voy a dar", ha señalado en rueda de prensa en la localidad china de Boao, donde ha intervenido en la inauguración del principal foro económico asiático.

Este jueves, el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, dijo que no es un buen momento para producir ajustes de plantilla "en un tamaño tan importante". Explicó que "sabemos que nuestras compañías internacionales compiten en mercados difíciles y tienen exigencias en este sentido", y subrayó que en Telefónica hay "tradición de diálogo y consenso con los representantes sindicales", y que espera que sean capaces de alcanzar decisiones como han hecho en el pasado.

La Asociación Española de Accionistas Minoritarios (AEMEC) ha asegurado que el hecho de que ambas comunicaciones se hayan producido tan cercanas en el tiempo y sin una explicación completa "genera desconcierto entre los inversores" y puede incluso contribuir a un aumento del "riesgo de la reputación" de la compañía.

El proceso de reducción de empleo de Telefónica en España se inició en 1993, pero contando sólo los Expedientes de Regulación de Empleo de lo que ya va de siglo la plantilla ha adelgazado en 15.000 trabajadores, de forma voluntaria y con bajas incentivadas, que se unen a los 10.000 del último ERE del siglo XX de la operadora, que fue en 1999.