Fiscalía rebaja de 22 a 17,5 años el conjunto de penas para tres acusados de traficar en un bar y un prostíbulo

El juicio se celebró pese a la incomparecencia de la madre de uno de los acusados, que también figura imputada en la causa

La Audiencia de Valladolid dejó visto para sentencia el juicio celebrado hoy contra Darwin R.B.S, Romelki A.L.J. y Adriana M.T.A, todos ellos de origen dominicano y acusados de traficar con cocaína en un bar y un prostíbulo sitos en la calle Verbena y Luna, respectivamente, y para quienes el Ministerio Fiscal acordó solicitar un conjunto de penas que suman 17,5 años de prisión, casi cinco menos de los 22 que inicialmente solicitaba para los tres encausados.

La vista se celebró en ausencia del cuarto de los imputados, Adalgisa M.B.S, madre de Darwin, al rechazar la Sala la petición de suspensión formulada tanto por el Ministerio Fiscal como por las defensas, de forma que la acusada ausente, a la que se sitúa en la Republica Dominicana, será juzgada por separado en el supuesto de que en un futuro pueda ser nuevamente detenida.

Respecto de los tres procesados que sí comparecieron, la tónica predominante es que todos ellos se declararon inocentes y negaron dedicarse al tráfico de cocaína, con la particularidad de que tanto Darwin, supuesto cabecilla, como Romelki, presunto colaborador, se contradijeron cuando el primero negó haber encargado al segundo la compra de 50 kilos de Fenacetina y el aludido confesó que dicho producto, utilizado para 'cortar' la droga, lo había adquirido por indicación de su amigo aunque "sin saber para qué servía".

Esta última afirmación y el albarán de la empresa de mensajería que sirvió la Fenacetina, donde como teléfono móvil de contacto aparece el de Darwin, vinculan claramente a este último con la referida sustancia de corte, la misma que, tal y como advirtió el policía que encabezó la operación antidroga, ya se le intervino al mismo joven tiempo antes en Barcelona cuando fue detenido también por tráfico de drogas.

Jerga sospechosa

Pese a ello, Darwin R.B.S, quien en julio del pasado año era el encargado del bar 'JL', ubicado en el número 1 de la calle Verbena, negó cualquier vinculación con dicha actividad delictiva, y ello a pesar de la jerga sospechosa utilizada en sus conversaciones telefónicas con supuestos clientes y que fueron 'pinchadas' por la Policía Nacional.

Así, la fiscal del caso trató de refrescar, si éxito, la memoria del procesado al enumerar algunos de los términos utilizados en sus conversaciones telefónicas, entre ellos "una barra buena", "medio kilo de azúcar ya preparada", "lleva lo mismo de siempre" o "alguien se ha quedado con todas las ganas", ante lo cual el interpelado negó ser uno de los interlocutores porque, como así alegó, su teléfono móvil lo solían utilizar más personas dentro del bar donde trabajaba.

Además, el encargado del 'JL' rechazó ser el suministrador de cocaína de su compatriota Adriana M.T.A, que ésta luego, supuestamente, distribuía entre las prostitutas y los clientes de la casa de citas que dirigía en la calle Luna. En este sentido, el acusado aseguró que conocía a su compañera de banquillo porque de vez en cuando acudía con sus amigos a la casa de citas que tenía a su cargo.

En la misma línea, la 'madame' negó dedicarse a aprovisionar de cocaína a las 'chicas' y sus clientes, aseguró que en el lupanal no se consumían sustancias y alegó que en sus conversaciones telefónicas con Darwin ambos únicamente hablaban de prostitutas, champán y licores, bebidas estas últimas que desde el bar le suministraba el acusado.

Frente a las versiones exculpatorias de los procesados y la petición absolutoria de sus defensas, que además invocaron la nulidad de las escuchas telefónicas por, a su juicio, no estar debidamente fundamentado el oficio policial entregado al juez para autorizarlas, policías que participaron en la detención de los tres encausados coincidieron al señalar que las pesquisas se iniciaron ante las sospechas de que "se consumía y vendían sustancias" en el bar 'JL', a raíz de distintas actas de aprehensión de 'coca' levantadas a clientes en las inmediaciones del local.

Las pesquisas concluyeron finalmente el 25 de julio del pasado año con la detención de Darwin y Adriana en la estación de trenes de Campo Grande, donde ambos, según sostiene la fiscal y la policía, habían quedado para que el primero suministrara una determinada cantidad de cocaína a la 'madame', que acababa de llegar de viaje.

Darwin acudió en su vehículo en el que llevaba nueve papelinas de cocaína, parte de ellas ocultas en la guantera y el resto en el cenicero, además de una décima 'papela' dentro de uno de sus calcetines. La policía se incautó de todas ellas, así como de 185 euros procedentes, supuestamente, de ventas anteriores y de cinco teléfonos móviles, tres pertenecientes a él y dos propiedad de ella que utilizaban para ponerse en contacto.

Ese mismo día, los agentes acudieron al bar 'JL' y hallaron otra docena de papelinas de 'coca' que previamente había llevado el acusado para su distribución entre clientes y empleados.

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