AMPL La Guardia Civil detiene a 12 personas en la mayor operación contra el tráfico de speed de los últimos 20 años

Compraban la droga en los Países Bejos y la distribuían desde Cantabria a toda España
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EUROPA PRESS
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La Guardia Civil ha detenido a 12 personas en la operación 'Cafeto', con la que se ha desmantelado una banda organizada internacional con base en Cantabria, en la que se ha convertido en la mayor operación contra el tráfico de speed en España en los últimos 20 años.

El pasado 2 de abril se incautaron 102 kilos de speed, ocultos en la cabina de un camión en la frontera entre Francia y España. La droga se adquiría en los Países Bajos y se trasladaba a Cantabria, donde se elaboraba y se distribuía al resto de España, para lo que la banda contaba con una red comercial organizada.

La organización tenía previsto introducir semanalmente 100 kilos de hachís en España. El speed es la tercera droga de mayor consumo en el país, pero apenas se produce y se recurre para ello a laboratorios clandestinos en lugares como los Países Bajos o Bielorrusia.

La operación 'Cafeto' comenzó en agosto del año pasado y las primeras investigaciones dieron como resultado la localización de parte de la organización establecida en Cantabria. Continúa abierta, ya que aunque se ha desmantelado la banda, aún quedan puntos de distribución a menor escala, a menudeo.

El grupo contaba con una organización estructurada y jerarquizada, con diferentes funciones: desde los viajes para contactar con los mayoristas, hasta el transporte y la distribución, con puntos estables en el País Vasco, Burgos, Valladolid, Asturias, Madrid y Cádiz, entre otros lugares. Los doce están ya a disposición judicial y se ha decretado el secreto de sumario.

Con los 102 kilos de "speed" intervenidos, considerados la mayor incautación este año en España y de las mayores de los últimos 20 años, se podía haber puesto en circulación casi un millón de dosis de este estupefaciente.

La operación ha sido presentada por el delegado de Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; el coronel jefe de la 13 zona de la Guardia Civil, Justo Chamorro; y el capitán Ángel Pérez, responsable del grupo que la llevó a cabo: el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA).

Cantabria ha conseguido en los últimos diez años culminar una quinta parte de las operaciones contra el tráfico de speed de todas las que se hacen en España.

El delegado de Gobierno en Cantabria ha felicitado a los responsables de esta operación y ha advertido de que "seguirán luchando" contra el tráfico de drogas. En la misma línea, desde la Guardia Civil se incide en que los narcotraficantes, al igual que los terroristas, acabarán "más pronto o más tarde" en la cárcel. OPERACIÓN 'CAFETO'

La operación se inició en agosto de 2010, y el pasado 2 de abril la Guardia Civil interceptó en el puente internacional de Biriatou, frontera franco-española en Guipúzcoa, un camión con domicilio social en Cantabria, que transportaba ocultos en su cabina 99 paquetes de "speed" procedentes de los Países Bajos.

Los investigadores pudieron saber que el responsable de la organización había convocado una reunión a raíz de la intervención del "speed", por lo que la Guardia Civil montó un dispositivo dando como resultado su detención junto con otros 5 integrantes de la organización, realizándose la intervención el 4 y 5 de abril.

Los días 11 y 12 de abril se detuvo a otras 5 personas y se realizaron varios registros que dieron como resultado la intervención de diversas cantidades de droga y de dinero en metálico.

En total se han realizado 12 registros en las localidades Cántabras de Laredo, Guarnizo, Treto, Suances, Colindres, Argoños, Santoña y Ampuero, donde se ha intervenido casi 250 gramos de cocaína, cerca de 252 de hachís, 22,9 de cristal, casi 5 kilos de sustancia de corte (supuestamente cafeína), anabolizantes, ketamina, 215.321 euros en metálico, 36 teléfonos móviles, 6 balanzas de precisión, vehículos de alta gama, joyas, ordenadores, armas blancas y de fuego simuladas y chalecos antibala.

Medidas de seguridad

Los miembros del grupo mantenían unas "escrupulosas" medidas de seguridad, hasta el punto de que el jefe de la organización cambiaba semanalmente de teléfonos, llegando a tener tres números a la vez.

Entre otras medidas de seguridad, se realizaban reconocimientos y vigilancia de la zona donde se tenía previsto mantener los contactos, montando estos dispositivos incluso horas antes de los encuentros, con el objeto de detectar la presencia de efectivos policiales.

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