Los tres grupos con representación en el arco parlamentario gallego han alcanzado este martes un acuerdo para instar a la Xunta a "liderar" las acciones necesarias para "garantizar el mantenimiento" de la actividad productiva y los puestos de trabajo en la planta de Clesa ubicada en la localidad pontevedresa de Caldas de Reis.

Esto se deberá lograr, según la moción aprobada por unanimidad a instancias del BNG en la primera jornada de la sesión plenaria, a través de un plan de viabilidad que recogerá "un proyecto para la gestión de la factoría" basado en "el redimensionamiento, la diversificación y la integración del conjunto de cooperativas gallegas".

El Gobierno gallego, además, deberá poner en marcha "todos los mecanismos de los que dispone" para asegurar su "respaldo financiero a corto y medio plazo". Igualmente, tendrá que "controlar el cumplimiento" de las obligaciones y condiciones en función de las cuales recibió fondos públicos.

Al hilo del mantenimiento de puestos de trabajo, se incluye también la exigencia de recogida de la totalidad de producción de todos los productores lácteos que venden a Clesa, incluidos aquellos que lo hacen a través de primeros compradores, así como la obligación del cobro de la totalidad de las cantidades adeudadas por este concepto. DEBATE

Pese a este acuerdo, el debate no estuvo exento de polémica, ya que las portavoces de Medio Rural de los grupos socialista y nacionalista, Sonia Verdes y Tereixa Paz, criticaron la "incompetencia" de la Xunta en la resolución del conflicto de la planta de Clesa en Caldas de Reis.

En primer término, Paz reclamó a la Xunta que trabaje para mantener el empleo de la planta, que tiene un alto grado de "viabilidad" y posee unas instalaciones "muy modernas". En el mismo sentido, Verdes le pidió que "se ponga las pilas", ya que Galicia "no se puede permitir otro fracaso", en alusión a la planta de Pascual en Outeiro de Rei, comprada finalmente por Alimentos Lácteos.

Ambas diputadas criticaron también que Juárez no se haya reunido con el comité de empresa de Clesa y le han instado a que negocie con las empresas interesadas y con los responsables del grupo Nueva Rumasa para buscar una solución.

SOLUCIÓN

Para la socialista, ésta pasaría por "reunir" a las cooperativas bajo el "liderazgo" de la Xunta para sentar las bases de "un grupo cooperativo 100% gallego"; mientras que la nacionalista abogó por que el Ejecutivo autonómico dé, a través del Igape, "el apoyo financiero necesario" para mantener la "viabilidad" de la planta y los puestos de trabajo.

Frente a ello, el representante del PP en el debate, Jesús Goldar, defendió la actuación de la Consellería de Medio Rural "en defensa de los intereses de los gallegos" y recriminó a PSdeG y BNG que sus "reticencias" para alcanzar un pacto se deban a su negativa a "implicar al Gobierno central" en la búsqueda de una solución para "un grupo alimentario con presencia en toda España".

Al margen de ello, el también candidato del PP a la Alcaldía de Caldas de Reis atribuyó las dificultades para consensuar "un asunto trascendente para Galicia" a que la oposición pretende "desgastar" a la Xunta en base a "acusaciones carentes de fundamento".

Este guante fue recogido por Tereixa Paz, quien aprovechó su segunda intervención para preguntar al grupo mayoritario de la Cámara si entiende que pedir la redacción de un plan de viabilidad "no tiene fundamento". En caso contrario, y si la intención del PP no es sólo "enredar e intentar intoxicar", ha retado a sus 38 diputados a "apoyar" la iniciativa del Bloque para el mantenimiento de la actividad produtiva y de los 160 puestos de trabajo de la planta de Clesa.