La víctima y el agresor se tienen que ver las caras en un local de 20 m2, y no hay sala de espera. Para colmo, las fuerzas del orden sólo están presentes cuando el denunciado está detenido: el policía más cercano está en la entrada del edificio. Y a falta de personal cualificado, los funcionarios hacen las veces de psicólogos, o de niñeras: los trabajadores cuentan que la pasada semana sorprendieron a un niño jugando en los barrotes de la ventana –en un tercer piso– mientras su madre declaraba en la sala.

El único juez atiende ocho vistas por malos tratos a la semana desde el verano. Este año ya lleva 75 –en Vigo llevan 45–, y hay todavía 63 por celebrar. Por si fuese poco, compagina la violencia de género con otras diligencias: desde el verano, ha resuelto más de 2.600 juicios rápidos por otras causas.

5 preguntas sobre...

Una sala nada exclusiva

1 ¿Desde cuándo funciona el juzgado de violencia de género? El 29 de junio pasado se creó un juzgado específico. Por falta de espacio, el número 6 se hizo cargo de sus competencias.

2 ¿Cuánta gente trabaja? Además del juez y su secretario, hay siete personas en la gestión y tramitación de expedientes, dos auxiliares y, desde junio, dos personas más de apoyo.

3 ¿Qué carga de trabajo tiene? Antes de la llegada del juzgado de violencia de genero, tenía 1.689 juicios rápidos por celebrar. Ahora todavía le quedan más de 1.500, además de 63 juicios por malos tratos que no se han celebrado.

¿Habrá un juzgado exclusivo? La Xunta fomentará juzgados exclusivos en Vigo y A Coruña, pero la ciudad olívica, con gran incidencia en este tipo de delitos, tiene preferencia.

5 ¿Para cuándo la Cidade da Xustiza? La Xunta y el Ayuntamiento quieren construir un complejo que reúna todos los juzgados, pero el calendario de las reuniones no está previsto.