Lo que la mujer no percibió es que se trataba de una broma y, angustiada ante la posibilidad de que su marido estuviera en manos de terroristas o tuviera intención de cometer una locura, alertó a la Policía.

Desplegue en toda regla

Así, cuando el avión llegó al aeropuerto de Turín, en la pista le esperaban dos furgones blindados, otros tantos camiones de bomberos y un comando de agentes de policía armados y vestidos con chalecos anti-balas.

Según relataron algunos pasajeros a la prensa local, cuando se abrieron las puertas al aparato subieron varios agentes con metralletas que identificaron al incauto bromista y se lo llevaron.

Una vez aclarado el equívoco, el italiano, que admitió su responsabilidad, fue denunciado por provocar falsa alarma.

"Al menos hemos comprobado que el dispositivo de alerta funciona", concluyó, irónico, un funcionario de policía.

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