El director francés Olivier Assayas va más allá del "mito" que rodeó la figura de Ilich Ramírez Sánchez, alias 'Carlos' y también bautizado como 'El Chacal', para distinguir entre la "persona real" y el "personaje casi novelesco" que crearon los medios de comunicación de uno de los terroristas más buscados en el panorama internacional durante las décadas de los 70 y los 80.

Así lo ha asegurado este jueves el propio Assayas durante la presentación en Valencia del film que se estrena esta noche en España para abrir la 32 Mostra de Valencia - Festival Internacional de Acción y Aventura. La cinta, que se verá en su versión corta durante la inauguración del certamen, se podrá ver también en su formato íntegro original para serie de televisión, de más de cinco horas.

El cineasta ha querido diferenciar a la "persona real" de la "creación mediática" para "abordar desde un punto de vista preciso los aspectos históricos y humanos" del personaje y a través de él, mostrar cómo funciona el "poder totalitario" en los países árabes.

En este sentido, ha considerado que la situación actual que se está viviendo en lugares como Siria o Libia, tal vez puede "clarificar las estrategias geopolíticas de estos países". La película intenta "reproducir de forma fiel ese ambiente de las estrategias de poder de estos países", por lo que, "como agente sirio o libio (Carlos) quizá tenga un sentido más profundo para el público, que a lo mejor hace unas décadas no estaba tan informado o interesado de lo que sucedía en estos países".

Para director, "en cierto modo dio un rostro a la visión imperante de una época en Europa occidental de lo que era la agitación izquierdista, vinculada al espionaje y operaciones secretas, aunque a su entender, "el personaje de Carlos estaba más vinculado con la prensa que con los movimientos de izquierda, los cuales, más bien, recelaban de él", ha aseverado.

Original de Venezuela y considerado por algunos una figura de la extrema izquierda romántica, se convirtió en un terrorista que trabajaba para los servicios secretos de las potencias de Oriente Medio. Líder de la causa palestina y número dos del Frente de Liberación Palestina en Europa, llegó a formar, al otro lado del Telón de Acero, una organización que estuvo activa durante los últimos años de la Guerra Fría. Elementos todos ellos que alimentaron un halo "extraordinario y novelesco", ha recordado Assayas.

Sin ánimo de "polemizar"

A la hora de abordar el proyecto, el cineasta ha confesado haberse sentido "intimidado", consciente de la "dificultad de tratar temas políticos, de espionaje, cuestiones oscuras y turbias que ahora son más conocidas". "El tema de Oriente Medio es siempre un terreno peligroso" pero en ningún momento su intención ha sido "polemizar", ha garantizado.

Con la distancia temporal, su intención ha sido la de narrar "los hechos históricos reales", un trabajo nada fácil para el que ha tenido que investigar ampliamente y ejercer de "historiador". Tanto es así que, según ha asegurado, esta es la "versión más cercana a la realidad" de Carlos de todas las biografías que se han hecho de él hasta ahora.

En este sentido, ha señalado que tratar temas de la historia contemporánea siempre crea "cierto respeto", ya que "el público conoce los hechos y tiene sus propias ideas y prejuicios".

No obstante, en esta labor ha resaltado la "ayuda y colaboración" con la que contó por parte del actor principal Edgar Ramírez, cuya "cultura política" y conocimiento de los hechos unidos a su "gran talento" los convierten en uno de los "artesanos" de la película. De hecho, se metió tanto en el papel, que tuvo que someterse después a terapia para "deshacerse" del personaje.

Assayas ha admitido que nunca antes había trabajado de una forma "tan cercana e íntima" con un actor como con Ramírez. A pesar de que los productores querían a alguien más mediático para el papel como Javier Bardem o Gael Gargía Bernal, el cineasta, que ha alabado el trabajo de ambos intérpretes, insistió en que buscaba a alguien "latinoamericano, con acento, con la presencia física adecuada y la edad correcta, con carisma y que además hablara cuatro idiomas", como es el caso de Ramírez.

Escrita y rodada para la gran pantalla, el rodaje de 'Carlos' resultó demasiado largo para el cine, por lo que Assayas tuvo que recurrir a la televisión y editar la como una miniserie de tres capítulos. Sin embargo, hizo después un montaje de dos horas y media para el gran público en las salas que se programa más en los cines, donde no obstante, también se ha llevado la versión larga, con el mismo éxito de taquilla.