El resultado de sus estudios ya lo están aplicando más de once mil explotaciones de ganado –tanto para la producción de leche como de carne–, cultivadores de maíz o fabricantes de forraje y pastos para el campo. «Sus productos rinden más, y eso va acompañado de resultados económicos», apunta desde Abegondo el científico Antonio González.

El secreto no es ninguna receta milagrosa, sino «el mejor aprovechamiento de los recursos para que las explotaciones puedan aprovecharlos de forma sostenible», explica la directora del Centro, Mercedes Mezo.

Trabajo de laboratorio

Su misión es investigar primero para asesorar después. Así, cruzan diferentes tipos de maíz para lograr una variedad que resista todo el año, o se puede producir la misma leche de vaca al año, pero ahorrando hasta cinco veces en comparación con el precio de los piensos tradicionales; pero, además, de mejor calidad.

Su propio laboratorio es una granja experimental rodeada de 300 hectáreas de terreno –algo así como 500 campos de fútbol–. Un espacio que hace las veces de laboratorio para cerca de 900 animales entre vacas y ovejas, huertas con cultivos autóctonos y mucho tierra donde experimentar nuevas técnicas de fertilización.

No en vano, es el centro de referencia para la investigación agrícola y ganadera en el norte de España.

Pimientos de Padrón todo el año

Los buenos resultados cosechados por el Centro de Investigaciones no sólo se lo llevan las empresas. Sus investigaciones, que han sido reconocidas por la Unión Europea, tienen el apellido del I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), y van desde la mejora genética del maíz hasta la mejora tecnológica e industrial en las explotaciones. Actualmente trabajan en proyectos tan dispares como la producción de leche a bajo coste o la elaboración de una variante de pimientos, como los de Padrón, pero más resistentes al tiempo.