
Falta de información y visión sesgada de la discapacidad
La existencia de estos mitos se debe, según Agustín Matía, gerente de Down España, a la falta de información y a la visión sesgada que tienen muchas personas sobre la discapacidad intelectual. "Es natural que se produzcan, pero algunos de los prejuicios alrededor del síndrome de Down tienen cargas de fondo que son mucho más difíciles de eliminar", asegura. A continuación, te enumeramos los más comunes.
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Es hereditario
Únicamente un 1% de los casos de síndrome de Down se produce por disfunciones cromosómicas de los padres, mientras que el otro 99 % está causado de forma aleatoria. No está demostrada la existencia de factores genéticos que predispongan a tener un hijo con este síndrome, salvo la edad de la madre. "A partir de los 30 años la probabilidad de tener un niño con este síndrome es mucho mayor por el envejecimiento celular", asegura Matía.
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Su baja frecuencia
La incidencia del síndrome de Down es de aproximadamente 1 de cada 700 nacimientos. Sin embargo, en las últimas décadas, como consecuencia del diagnóstico prenatal y la posibilidad de interrumpir voluntariamente la gestación, el índice de nacimientos ha disminuido notablemente a menos de uno de cada 1.000.
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Es una enfermedad
El síndrome de Down no es una enfermedad, sino un síndrome que lleva asociadas una serie de anomalías o enfermedades presentes en algunos casos, como la pérdida de audición, problemas de visión y anomalías cardíacas. "Muchas veces se tratan, como cualquier enfermedad, y se superan o mejoran, pero muchos están perfectamente sanos", asegura Matía.
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Existen diferentes grados
El síndrome de Down surge por la presencia de un cromosoma extra, por lo tanto, se tiene o no. No es posible hablar de "grados", pero sí sobre diferencias en las características y capacidades de cada persona, derivadas de cuestiones genéticas o de su tratamiento: "Las personas que han tenido estimulación temprana desde la primera infancia y un proceso educativo con más apoyos, pueden tener una respuesta funcional mejor".
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Poseen rasgos físicos característicos
Es cierto que todas las personas con síndrome de Down presentan un fenotipo similar (ojos rasgados, cuello engrosado y corto, pliegues en las manos y pies, etc). Sin embargo, ninguno de ellos posee todos estos rasgos e incluso existen casos en los que los más habituales son apenas perceptibles. Cada persona con síndrome de Down es única, fruto de la herencia genética y de factores ambientales.
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Hay que tratarlos como niños
La sociedad tiende, en ocasiones, a infantilizar a las personas con síndrome de Down. "Evidentemente, su relación con el entorno está marcada por la discapacidad intelectual, pero no son niños y no se les debe tratar como tal", asegura Matía. En relación a esto, se los suele definir como personas cariñosas y simpáticas, igualmente un mito ya que, como cualquier persona, cada uno tiene su propia personalidad.
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No son personas autónomas
Dependiendo del grado de discapacidad intelectual, la persona con síndrome de Down necesitará más o menos apoyos en su día a día. No obstante, muchas aprenden a cuidar de sí mismas, a manejar dinero, a trabajar e incluso a vivir solas. En definitiva, a llevar una vida independiente: "Son capaces, solo hay que entender cuáles son los límites y darles los apoyos necesarios".
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No pueden tener pareja ni amistades duraderas
Las personas con síndrome de Down pueden establecer relaciones interpersonales de amistad y afectivas como cualquier otra persona. "Lo único es que la familia tendrá que darles apoyos para facilitar que sean lo más autónomas posible a la hora de socializar e incluso tengan una vida afectiva", asegura Matía.
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Tienen una esperanza de vida más corta
Gracias a los avances de la medicina en el tratamiento de ciertas patologías asociadas, la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down ha aumentado en las últimas décadas. Sin embargo, sigue siendo más baja que la del resto de personas, de una media de 65 años. "Está muy marcada por la gran prevalencia del alzhéimer en el síndrome de Down" asegura Matía.
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Derribar mitos y estigmas
Para derribar estos mitos se hace necesario, por un lado, información y, por otro, que la sociedad se enfrente a estos estigmas. Y esto se puede hacer a través del humor, tal y como señala el gerente de Down España: "Realizamos una campaña en la que las propias personas con síndrome de Down, desde el humor, escenificaron muchos de estos mitos. El mensaje era claro: acéptanos y reconócenos como somos, no nos cargues de cosas que no son reales".
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