
Zar y Elsa, únicos supervivientes de una camada de doce cachorros
El tamaño de los perros gigantes y su peso (fácilmente 45 kilos) puede complicar su manejo y, especialmente en perros jóvenes puede resultar tedioso si no sabemos controlarlo. Movidos por los problemas de los tutores de estos perros que buscaban solución, un grupo de amantes de los perros XXL formaron Agranda, para ayudar a buscar el bienestar de todos estos peludos. En la foto, nos presentan a Zar y Elsa, recogidos con dos semanas de vida resultado de una camada no deseada de los cuales fueron los únicos supervivientes. Estuvieron en casa de adopción hasta tener la edad suficiente para ser adoptados (tres meses) y ahora viven felices con sus nuevas familias.
AGRANDA
El camino de Sultán
El motivo por el que Agranda funciona con casas de acogida (un 80 por ciento de la asociación) es porque no cuentan con una protectora física. "Además, la estrategia geográfica no nos permite que una persona de León, por ejemplo, venga a vernos a un sitio concreto", explica Maite Salvó, quién se encarga de la delegación de Cataluña. En la foto, podemos ver a Sultán, un peludo de dos años que recogieron de una perrera de Málaga tras enfermar su dueña gravemente. "Cuando contacta con el criador que se lo vendió, no se quiso hacer cargo de él porque lo habían castrado", explica Maite. "Una colaboradora condujo 600 kilómetros para recogerlo y llevarlo a su casa de acogida".
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Wilma, en adopción
Si estamos pensando en adoptar y somos unos enamorados de los perros grandes, solo tenemos que informarnos un poco sobre esta raza para ver si somos compatibles con ella o no y, de pensar que lo somos, podemos ayudar a Agranda convirtiéndonos en casa de acogida o incluso adoptando uno de sus perretes a través de su página web. En la foto nos presentan a Wilma, una preciosa perra de dos años que es sociable con otros perros.
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Keiko, la hermana de Zeus
Al año, Agranda puede gestionar alrededor de unas 40 adopciones, una cifra que aunque pueda parecer menor si la comparamos con otras protectoras es en verdad alta cuando sabemos que se trata solo de perros de razas grandes o gigantes, los cuales son menos comunes en España. "El conocer la raza nos da la posibilidad de que la adopción sea un éxito, porque sabemos escoger al tándem adecuado entre perro y familia", asegura Salvó. En la foto nos muestras a Keiko, la hermana de Zeus que también rescataron de la misma "criadora".
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Yara, enamorada de los niños
Pero adoptar o convertirse en casa de acogida no son las únicas maneras de apoyar a Agranda. Si no podemos con la responsabilidad de un perro, es más probable que sí podamos con una pequeña ayuda mensual a través de su grupo de Teamers. "Los socios y teamers son fundamentales, al igual que las casas de acogida", afirma Salvó. "También hacemos mercadillos donde vendemos nuestros productos para recaudar dinero". En la foto se encuentra Yara, una hembra de tres años que es sociable con otros machos, gatos y también súper cariñosa con los niños.
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Agranda, lo importante es la disposición
Salvó lamenta que la asociación tiene problemas para dar en adopción aquellos perros que están enfermos, son mayores o tienen algún problema de conducta. "Siempre intentamos llegar hasta el final, salvarlos a toda cosa, cueste lo que cueste y, aún así, a veces no lo logran, pero esta es la parte importante de Agranda", concluye. En la foto nos muestran a Wendy, una hembra de dos años que recogieron de una finca donde vivía a la intemperie y sin comida. No tienen fotos de aquel momento pero el después habla por sí solo.

El recuperado Zeus
Agranda no solo se encarga de un tema de adopciones, está muy activa también para ayudar a dueños que necesiten consejo pero, lamentablemente, también tienen que encontrarse con casos terribles. "Hay perros que recogemos en condiciones lamentables y existe un antes y un después", asegura Salvó. Este es el ejemplo de Zeus (en la foto), recogido con once meses de "una supuesta criadora" que al ver que no los podía vender y crecían decidió no alimentarlo. La primera foto es del día que lo recogieron y la segunda, tan solo tres meses después de haber sido adoptado.
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