Un equipo de investigadores de diversas entidades como el Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian, el Museo Carnegie de Historia Natural y la Universidad de Utah han descrito y publicado en la revista científica PLOS ONE un dinosaurio con características similares a las de un ave que hasta ahora desconocido, según recoge SINC.

La morfología de este dinosaurio, según sus responsables, es parecida a una mezcla entre un emú moderno y un reptil. La especie ha sido llamada Anzu wyliei y se calcula que vivió hace entre 68 y 66 millones de años y fue estudiado y reconstruido a partir de tres esqueletos parciales  de yacimientos datados el Cretácico Superior en Dakota del Norte y del Sur.

"Hemos llamado a este nuevo dinosaurio 'pollo del infierno' porque se parecía a un ave y se encontró en una formación geológica denominada Hell Creek", explicaba a SINC Hans Sues, investigador del departamento de paleobiología del Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsonian (EE UU) y coautor del estudio. Estos fósiles proporcionan, por primera vez, una imagen detallada de la anatomía, la biología y las relaciones evolutivas de los oviraptorosauria norteamericanos.

Sues apunta: "Es de la familia de los caenagnathidae y parece un cruce entre un ave no voladora y un reptil. Tenían pico, pero no dientes, una cresta sobre su cabeza, brazos largos, manos con grandes garras y en forma de hoz, y sus piernas traseras también eran largas como su cola que terminaba en un pequeño abanico de plumas".

Con unos 3,5 metros de largo y 1,80 metros de altura en la cadera, Anzu habría parecido un ave no voladora gigante, más que una típica variedad de los dinosaurios terópodos tales como T. Rex.

Los investigadores estiman que tenía un peso de 500 libras (226 kg), lo que hacía imposible que levantara el vuelo. "Tenía pico pero la forma en la que está construido su cráneo sugiere que se alimentaba tanto de animales como de plantas. Además, era un corredor rápido, según indican las proporciones de las patas traseras", dice el estudio.

"La formación Hell Creek –conocida por el hallazgo de abundantes fósiles de Tyrannosaurus rex y Triceratops– lleva estudiándose intensamente durante más de cien años, y todavía estamos encontrando ejemplares fenomenales", dice Kirk Johnson, director del museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh (EE UU).