El Defensor del Pueblo, José Pablo Ruiz Abellán, sugiere a la Consejería de Educación, Formación y Empleo que, en el ejercicio de sus competencias de diseño, redacción, supervisión y ejecución de los centros de educación infantil, promueva la elaboración y aprobación de una norma que regule los requisitos mínimos de seguridad exigibles en las zonas de juego de los centros escolares.

Así como que valore la posibilidad de sustitución de la grava por otros materiales que eviten posibles riesgos a los menores en la medida en la que las posibilidades económicas lo permitan, según se desprende de una resolución a la que ha tenido acceso Europa Press.

En febrero de 2011 una ciudadana presentó ante la institución una queja en la cual ponía de manifiesto el posible riesgo que supone para los niños del Colegio Público Sagrado Corazón de Zeneta el tipo de grava que existe en el patio.

Según informaba la interesada, se habían producido algunos incidentes con peligro para la vida de los niños, por asfixia, producidos por la introducción de piedras en la nariz por menores de tres años, "sin que pueda exigírseles a los profesores que puedan evitar estas circunstancias durante el tiempo del recreo, pues se trata de un riesgo posible que excede la normal diligencia requerida a un docente".

Así, esta defensoría requería a la Consejería de Educación para que informase sobre la posibilidad de adaptar las instalaciones con materiales que no impliquen riesgo para los niños de 3 años, así como si dichas instalaciones cumplen con la normativa que las regula.

Unos meses después la Consejería señalando que la grava utilizada en el recinto del colegio es la que habitualmente se utiliza en los centros docentes "y que hasta la fecha no tenemos constancia de incidentes en el uso de la misma".

El Defensor reconoce, al respecto, que no existe una normativa que prohíba la gravilla utilizada en los patios de los colegios habitualmente, pero, enfatiza que "la regulación europea aconseja la utilización de materiales sintéticos que amortigüen las posibles caídas y eviten los riesgos para los menores".

Por ello, esta Defensoría entiende que, ante esta laguna normativa, la Consejería debe regular los requisitos o exigencias mínimas de seguridad de las instalaciones existentes en los colegios, tanto desde la perspectiva de las competencias que le incumben en materia de seguridad en lugares de juegos, como desde aquéllas que se refieren al diseño, redacción, supervisión y ejecución de los proyectos de los centros escolares.