Estos días se han popularizado en forma de meme dos ejemplos más que claros de cómo no hay que mover una paella. Siempre que quieras llegar a comértela, claro. Y con lo de mover una paella nos referimos a ese recipiente plano y de borde bajo en el que suelen cocinar arroces.

Sin embargo, si algo distingue a un profesional de un novato es la experiencia y el tercer caso que ha salido a la luz revela que es posible mover paelleras con un nivel muy por encima de la media.

Pero antes, veamos el primer desastre:

Como vemos, este arroz (una espardenya) no tenía "socarrat" y resbalaba lo suficiente como para, caprichoso, seguir las leyes de la física e irse al suelo al superar el borde del recipiente.

En segundo lugar, vemos cómo el postureo es capaz de echar por tierra el trabajo de tu madre, esa señora que a la comida le echa cariño, pero no pegamento: