Todos sabemos lo importante que es el uso del lenguaje, todo lo que ello crea… importa lo que se dice pero, cada vez más, cómo se dice. Toda palabra encierra en sí misma un contenido y un sentido tanto cultural como político.

Existe un término que, en estos tiempos de modernidad líquida, se suele usar de una manera marcadamente frívola además de ser asociado a subproductos culturales que poco tienen de verdad. Este vocablo es el de masoquismo, del cual se suele desconocer su origen… esta conocida palabra proviene de la segunda parte del apellido del caballero aristócrata, escritor y periodista austríaco Leopold Von Sacher-Masoch (1836-1895).

Sacher-Masoch tuvo una relativa fama durante su vida como pensador socialista utópico y humanista. Tenía una postura ideológica que sólo algunos nobles podían permitirse ya que las clases acomodadas e ilustradas de la sociedad eran las únicas que podían darse el lujo de reflexionar sobre las cuestiones existenciales al tener ya satisfechas sus necesidades básicas.

¿La obra literaria que dio pie al afamado término? ‘La venus de las pieles’ (1869-1870) que, a su vez, formaba parte de un conjunto de relatos más amplios llamado ‘El legado de Caín’. Este, al morir su autor, quedaría inconcluso para siempre.

La historia de Severin von Kusiemski, quien voluntariamente se entrega a la esclavitud psicológica y sexual de Wanda von Dunajew, conforma una obra de culto de la literatura erótica pero también una profunda reflexión sobre las relaciones humanas, mucho más que un simple producto lascivo. En un contexto histórico de pretendida emancipación de los seres humanos, Sacher-Masoch esbozaba a un personaje que, voluntariamente, prefería someterse, en aras del placer. Es decir, algo no apto para almas cándidas y espíritus tradicionales.

En primera instancia, ‘La Venus de las pieles’ fue llevada al teatro por el estadounidense David Ives, quien la situó en Estados Unidos y en la actualidad. Más tarde, sería utilizada por Roman Polanski para filmar su película ‘Venus de las pieles’ de 2013 aunque no sería el único director en hacerlo.

Ya como best-seller y convertido en algo devorable por todo tipo de público, habría que señalar uno de los subproductos más famosos derivados del término. O lo que es lo mismo, la exageradamente ensalzada ‘Las sombras de Grey’ que sería también llevada, nada más y nada menos, que en tres ocasiones a la gran pantalla.

Como de todo, se suelen generar versiones que poco o nada tienen que ver con la novela original… en este caso, para crear un pastiche erótico o un pseudoporno que sirva para contentar a las débiles imaginaciones profanas.