Es normal que una pareja caiga en la monotonía. Las relaciones suelen pasar por distintas fases y estados en las que, a veces, ambos miembros de la pareja pueden sentirse distanciados. Es también muy común en una relación que uno de los principales problemas a los que se enfrenten dos enamorados sea a que, al hacer siempre los mismos planes, se caiga en el aburrimiento.
Mantener una relación de pareja requiere esfuerzo y entender a la otra persona. Por eso, existen un gran conjunto de métodos para tratar de solucionar cualquier problema de la pareja y que la ilusión vuelva a brillar como nunca. Uno de ellos es el conocido como método 7-7-7, una regla que se ha vuelto viral en internet durante los últimos días.
Según esta práctica, cada siete equivale a un periodo de tiempo. Así, el primer siete significa que cada siete días se debe hacer algún plan o tener alguna cita con tu pareja. Este tipo de planes pueden ir desde ir a tomar el aperitivo juntos, cenar en un restaurante o tener una noche de cine. Cualquier excusa es buena para pasar tiempo juntos y poder hablar. Es importante, además, que se haga sin niños y preferiblemente sin que la conversación gire en torno a cosas del trabajo o de casa.
El segundo siete de la norma hace referencia a que cada siete semanas hay que preparar un plan más pensado y más elaborado, como acudir a un concierto, a una obra de teatro, a una exposición o visitar una bodega.
Por último, el tercer siete quiere decir que cada siete meses hay que realizar un viaje en pareja. No hace falta irse a la otra punta del mundo. Aunque descubrir otro país siempre puede resultar atractivo, este plan puede ser simplemente irse de fin de semana o de escapada a algún pueblo. Lo importante es desconectar de la realidad del día a día y pasar tiempo solos.
No hace falta seguir a rajatabla el método 7-7-7, pero su importancia radica en saber que esta norma puede servir para reavivar la llama del amor en una pareja. Además, cada relación es muy distinta, por lo que siempre se puede adaptar a cada pareja. Así, esta regla no es otra cosa que una idea para reencontrar la conexión y volver a conectar con la otra persona cuando las obligaciones diarias nos llenan el día a día.
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