En el mundo hay alrededor de 7.000 idiomas diferentes y cuando escuchamos uno que no es nuestro idioma nativo, nos parece como si estuvieran hablando a demasiadas palabras por segundo. Esa es una percepción, pero, ¿hay algunos idiomas más rápido que otros?
Pues lo cierto es que el número de sílabas pronunciadas por minuto en ciertos idiomas es mayor que en otros, pero la cantidad de información transmitida en ese mismo tiempo es prácticamente constante. Eso fue lo que determinó un estudio hecho en la Universidad de Lyon que fue publicado en la revista Language.
La rapidez de los idiomas en investigación
François Pellegrino, Christophe Coupé y Egidio Marsico son los investigadores de la Universidad de Lyon que publicaron la investigación titulada A cross-language perspective on speech information rate, la cual arrojó luces sobre la rapidez de algunos idiomas.
Para conseguir los resultados, los investigadores de la Universidad reunieron a 59 voluntarios y hablantes nativos de siete idiomas comunes: inglés, francés, alemán, italiano, japonés, mandarín y español; y de otro idioma menos común: vietnamita.
A continuación, les pidieron que leyeran 20 textos diferentes, que abarcaban desde descripciones mundanas hasta pasajes más poéticos, los grabaron y luego contaron las sílabas y evaluaron la densidad de información que portaba cada sílaba en cada idioma.
Japonés, el idioma en el que se habla más rápido
Los resultados del estudio fueron reveladores. Descubrieron que cuanto más densa en información era una sílaba promedio, más lento era el ritmo del habla.
Por ejemplo, el inglés, que con una alta densidad de información, se hablaba a un ritmo de 6,19 sílabas por segundo. Mientras que el mandarín registraba solo 5,18 sílabas por segundo, pero reflejaba una densidad aún mayor de información.
Pero otro gran descubrimiento fue que el japonés arrasaba como el idioma en el que se habla más rápido, con una velocidad de 7,84 sílabas por segundo. Le siguen de cerca el español, con un promedio de 7,82, y el francés, con un registro de 7,18.
Finalmente, los investigadores concluyeron que los idiomas rápidos, como el español, transmiten menos información por sílaba que los idiomas lentos como el chino mandarín.
En consecuencia, estos idiomas, como es el caso del español y el chino mandarín, terminan transmitiendo casi la misma cantidad de información por minuto a quien escucha, independientemente del ritmo del habla.
En última instancia, esto quiere decir que, a pesar de las diferencias lingüísticas, todas las lenguas comparten algunas reglas fundamentales, principios simples y comunes, que conectan a todas las personas a través del poder del habla.
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