La historia es como de guion de película de terror, o como de cuento de esos que se dicen al pie de una hoguera en una noche de campamento. Sucedió en el Sanatorio Finochietto de la ciudad de Buenos Aires (Argentina).

En un vídeo de las cámaras de seguridad, muy difundido en redes, puede verse al guardia de seguridad, solo en medio de la noche. De repente, la puerta automática de la calle se abre, sin que haya nadie en el umbral. 

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A pesar de eso, el guardia se levanta, va hasta la barrera de cinta y la abre, hablando con alguien a quien no puede verse y apuntando sus datos en la lista de visitantes. A la nada, le da indicaciones a la persona recién llegada. 

Al poco, el guardia va hasta las sillas de ruedas aparcadas en recepción, coge una, espera a que ese alguien se siente y se lo lleva fuera de plano. 

Así que al día siguiente, siempre según la historia que corre por internet, los responsables revisaron el registro de entradas y encontraron que a esa hora se había anotado el nombre de una paciente que había muerto antes de ese día en ese mismo sanatorio. 

La realidad, como suele pasar, es más sencilla y mundana. El periódico La Nación se puso en contacto con los responsables del sanatorio, que aseguraron que "la puerta de uno de los ingresos que está abierto fuera de las horas de atención es el ingreso a la guardia. Como estaba rota, durante las 10 horas de la noche se abrió sola 28 veces entre la noche del jueves y la madrugada del viernes". 

"No hay un registro de ingreso de ninguna persona a esa hora. Este señor emula estar escribiendo algo, pero cuando vas al registro no aparece nadie", añadieron, por lo que calificaron el caso de una "broma de mal gusto".

"De lo que estamos seguros, es que no se trata de ningún fenómeno paranormal", aseveraron los responsables de la clínica.