Una madre y su hijo encontraron en su casa una carta de hace más de cien años que reveló una tierna historia de amor que, sin embargo, era también una infidelidad que ha permanecido oculta debajo de unas baldosas hasta ahora. 

Dawn Cornes, de 48 años, y su hijo Loukas, de 14, de Preston, Reino Unido, fueron los autores del hallazgo. El adolescente estaba limpiando su cuarto cuando la televisión cayó al suelo, partiendo algunos baldosines que había al pie de una antigua chimenea de la casa. 

"Mientras estábamos limpiando, decidimos levantar las baldosas. Mi hijo dijo: '¿No sería gracioso si encontráramos algo escondido, como las escrituras de la casa?' Y luego encontramos la carta", narraba la madre, según publican medios locales. 

La carta la escribe un tal Roland a una mujer llamada Mía, para hablar de un amor secreto, pues ella estaba casada y fijar el lugar y la hora a la que se verían. "Querida Mía, Mía, Mía, ¿intentarás todas las mañanas venir a verme?", comienza diciendo la carta.

"Pero, por favor, no se lo cuentes a nadie porque debe ser un secreto solo para tus oídos y para los míos, porque si alguien llegara a saber que me conoces a mí siendo tú una mujer casada, habría problemas, así que recuérdalo, cariño", aconseja el tal Roland.

"Te amo demasiado. No digas nada y encuéntrame todos los días si puedes a la medianoche en la esquina del tranvía Fulwood", pide el remitente, que firma así: "Espero verte cariño, tu chico, Ronald".

La casa en la que se encontró la carta fue construida en 1917 y algunos usuarios aportaron en redes sociales que en la ciudad el tranvía desapareció hace más de 80 años. Eso, junto con la caligrafía y el tipo de papel lleva a pensar que la carta tiene más de un siglo.