Se marcha sin pagar de un estudio de tatuajes y el dueño le da una lección: "Le quitamos su ropa y lo atamos a un árbol"

El hombre no quiso pagar la totalidad del tatuaje.
El hombre no quiso pagar la totalidad del tatuaje.
PHÀP LUÂT
El hombre no quiso pagar la totalidad del tatuaje.

En este momento, es invierno en Vietnam y, como sucede ahora en algunos puntos de España, tras el paso de la borrasca Filomena, las temperaturas se sitúan a diez grados bajo cero. Por ello, no es muy común ver a personas en topless, y mucho menos envueltas en papel de aluminio y atados a un árbol.

Esto fue lo que algunos ciudadanos de la ciudad de Hanoi vieron la semana pasada. Un joven sin camisa, con un casco de bicicleta, envuelto en plástico transparente y atado a un árbol con un letrero que dictaba: "Odio pagar por tatuajes".

Al principio, los viandantes pensaron que no era más que una simple broma entre amigos o una campaña publicitaria de algún tatuador de la zona que intentaba atraer clientes. Sin embargo, al poco tiempo, se presentó un hombre identificado como NQT que afirmó ser el tatuador responsable del incidente.

El cartel decía: "Odio pagar por tatuajes".
El cartel decía: "Odio pagar por tatuajes".
PHÀP LUÂT

A través de sus redes sociales, el dueño del estudio de tatuajes explicó que el joven de las fotos había ido a poner algo de tinta en su piel, pero cuando llegó el momento de pagar la cuenta, solo abonó una parte de la factura y nunca regresó a pagar el resto. El tatuador se puso en marcha y comenzó, ayudado de algunos amigos, a buscar al moroso y, cuando lo encontraron, lo llevaron a la tienda para darle una lección.

"Este joven tenía un tatuaje hecho en sus brazos, pero no lo pagó al completo", explicó el tatuador. "Después de eso, este tipo no volvió a pagar y me evitó hasta hoy. Así que decidimos despojarlo de su ropa, envolverlo en plástico y atarlo a un árbol fuera, como castigo".

Lo envolvieron en plástico y lo ataron a un árbol en mitad de la calle.
Lo envolvieron en plástico y lo ataron a un árbol en mitad de la calle.
PHÀP LUÂT

Aunque no está claro cuánto tiempo permaneció allí el joven sí se sabe que tuvo que soportar el frío del invierno vietnamita y las miradas desconcertadas de los transeúntes, pero el dueño de la tienda de tatuajes afirmó que, finalmente, se compadeció de él y decidió liberarlo: "No tenía dinero para pagar, pero lo perdoné".

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