Anastasia Poznyak siempre se ha considerado una gran amante de los gatos. Tanto es así que la última aventura en la que se embarcó tiene que ver con la adopción de dos linces a los que rescató de una granja de pieles en Rusia.
Pese al amor de esta mujer por los felinos, sus mascotas son, nada más y nada menos que, ocho perros: seis huskies, un samoyedo y un perro inuit. Sin embargo, Anastasia seguía queriendo contar con el amor de los gatos.
Tras investigar un poco, se enteró de que había una granja de explotación de linces en Rusia donde los felinos salvajes eran criados para, después, conseguir sus pieles y hacer abrigos con ellas, algo que aún es legal en este país. El negocio de las pieles de lince es algo muy popular y rentable, pero la buena noticia es que podía adoptar un cachorro de lince de ese lugar.
Geralt, que recibe su nombre del protagonista de los libros, videojuegos y ahora serie The Witcher, Geralt de Rivia, apenas tenía unas semanas cuando Anastasia lo llevó a casa, donde se adaptó muy rápidamente.
Lo más sorprendente es que los perros aceptaron al nuevo inquilino sin problema. Incluso, le permitieron dormir junto a ellos, morderles las orejas jugando y, también, robarles comida. En poco tiempo, Geralt tenía el mismo tamaño que los caninos.
Anastasia, feliz de tener al cachorro de lince en casa y tras ver que se había adaptado tan bien al hogar, decidió adoptar otro cachorro de lince de la misma fábrica de pieles. Así, Bulochka ('bollo' en ruso), se convirtió también en parte de la familia.
Pese a que los linces son criaturas solitarias, Geralt aceptó a Bulochka sin problema y los dos felinos se volvieron inseparables. Los vecinos bromeaban con Anastasia diciendo que la nueva inquilina debería haberse llamado Ciri, en honor a la hija adoptiva de Geralt en la ficción.
Según Anastasia, aunque los linces tienen un gran tamaño, son relativamente fáciles de cuidar. Utilizan una caja de arena, igual que los gatos, y pueden pasear con una correa. La parte más complicada es mantenerlos sanos, para lo que siguen una dieta sana basada en filetes de carne, huesos y despojos complementados con una variedad de suplementos.
Anastasia y todos sus animales viven en un apartamento en San Petersburgo, pero según las redes sociales de la mujer, es probable que se vean en la obligación de mudarse a otra parte, pues sus vecinos llevaron a cabo una demanda colectiva en la que exigen que retire a los animales del piso. Si logran la victoria, Anastasia y sus mascotas no tendrán dónde ir.
Por ello, Anastasia está tratando de construir una casa para su gran familia de animales, pero se trata de un proceso lento y lo más probable es que no lo termine si no recibe la ayuda financiera posible. Ha pedido ayuda en Instagram con la esperanza de que su situación se resuelva.
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