En la puerta de Karina y John Paner, en Florida, EE UU, hay un cartel que prohíbe dejar publicidad. Pero el cartel no dice nada sobre dejar en el porche un cocodrilo de casi tres metros y eso fue justo lo que se encontraron una mañana al abrir la puerta de su casa. 

La pareja vive en una casa baja en la localidad de Tampa. La agencia de rescate de cocodrilos Croc Encounters contó el caso en su página de Facebook. "Tuvimos una llamada de emergencia por un cocodrilo esta mañana por un ejemplar de 8 o 9 pies (2,7 metros). Los residentes dijeron que encontraron al cocodrilo temprano esta mañana y a pesar de sus esfuerzos para hacer que se moviera, se negó a irse", decía la publicación. 

"Este ejemplar había perdido dos extremidades, probablemente como resultado de pelear con otro cocodrilo, pero eso no le impedía moverse", hacía ver la agencia de rescate.

Como el animal tardaba en irse, la familia tuvo que poner un cartel en la puerta del garaje que decía: "Reparto, alto. Deje aquí sus paquetes. Cocodrilo en la puerta principal. Es en serio". 

Al final, los rescatadores pudieron inmovilizar al animal y llevárselo a un centro de recuperación, no sin mucha lucha, que dejó el porche de la casa completamente patas arriba.