Cualquier momento del año es bueno para comerse unas buenas gambas, no tenemos que limitarnos a comprarlas —siempre y cuando el bolsillo lo permita— durante las fiestas navideñas, como es costumbre popular en España. Toda excusa es buena para darte ese capricho tan delicioso.
Pero, como casi todo en la vida, disfrutar de unas gambas tiene también su parte negativa, y para algunas personas puede suponer un calvario porque no quieren mancharse las manos.
Por lo tanto, hay gente a la que no le importa pelarlas con las manos y chuparse los dedos, pero, también hay personas a las que hacer esto les resulta desagradable. Y como creemos que todo el mundo tiene que poder disfrutar de este manjar, te traemos el truco definitivo con el que podrás pelar y comer gambas sin ensuciarte ni un solo dedo.
Un tenedor: tu aliado para pelar las gambas
Así es. Para disfrutar de este alimento sin mancharte ni un dedo solo necesitarás un tenedor. Y la técnica es muy fácil, solo tienes que quitarle la cabeza, introducir el tenedor en la gamba —por debajo de la cáscara, que recorra todo el cuerpo— y dar un tirón hacia arriba.
Haciendo esto, la cáscara se despegará de la gamba, dejándola limpia y lista para disfrutarla. Y, lo más importante, sin haberte manchado las manos.
Lo mejor es que este truco se usa tanto, que mucha gente ha grabado cómo hacerlo y lo ha subido a las redes para que el resto de personas que quieran aprender, puedan tener una guía visual que les ayude.
A pesar de ser el truco más fácil, viral, y utilizado por la gente, no es el único para logar pelar las gambas o langostinos que haya en el plato sin mancharse las manos.
Otros trucos para pelar las gambas rápidamente y sin mancharte las manos
Como ves, este tema interesa más de lo que puedes imaginar. Hasta los chefs más prestigiosos buscan sus artimañas para pelar las gambas con los utensilios de cocina que usamos a diario sin ensuciarnos los dedos.
En este caso, Carlos Arguiñano tiene su propio truco para pelar una gamba; usa un cuchillo, un tenedor y una cuchara, y la técnica también es sencilla para cualquier persona. Primero —con el cuchillo— hay que quitarle la cabeza, las patas y la cola. Después, tendremos que pinchar el cuerpo de la gamba con el tenedor y meter la cuchara por donde estaban las patas, por debajo de la cáscara. Mientras introducimos la cuchara, hacemos presión para separar el cuerpo de la gamba del cascarón, y en el tenedor quedará la carne lista para comérnosla.
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