Las claves de un nutricionista para que no te den "gato por liebre" al comprar marisco fresco

Varias piezas de marisco en una pescadería.
Varias piezas de marisco en una pescadería.
Europa Press
Varias piezas de marisco en una pescadería.

El marisco es uno de los platos estrella que no pueden faltar en la mesa durante la cena de Nochevieja y, para evitar que nos den "gato por liebre" y nos cuelen el producto descongelado en lugar de fresco, el nutricionista Pablo Ojeda ha compartido, en el programa Más vale tarde de La Sexta, una serie de claves sobre cómo comprar marisco fresco para la cena de Nochevieja

Según el nutricionista, lo más importante es comprobar si "el marisco o el pescado huele a amoniaco" y, de ser así, evitar llevárselo a la boca pues podría provocar problemas de salud. 

Ojeda también se refirió a las gambas, que para saber si están frescas hay que mirar su color y el olor que desprenden. Concretamente, la gamba congelada es más rugosa, los ojos no se ven fácilmente, tiene manchas blancas y puede estar cuarteada. 

Otra característica propia es que este tipo de marisco congelado no suele tener bigotes ya que "cuando se congelan y se descongelan, el hilo slata con mucha facilidad". 

Otra de las claves que proporcionó el nutricionista fue la de no caer en la trampa visual que pueden tender los vendedores cuando colocan el producto en la tienda: a veces las gambas más atractivas se posicionan en la parte más alta y pueden ser congeladas, por lo que hay que fijarse muy bien en los detalles.

Así, a la hora de comprar hay que tener en cuenta todos estos detalles y Ojeda puso el ejemplo de la zamburiña y de la volandeira, que "pueden ser parecidas, pero hay unas diferencias claras".

La concha de la zamburiña es "un poco más rosácea", mientras que la de la volandeira tiene un tono marrón, pero la clave principal está en su sabor, explicó el experto, puesto que "la zamburiña es más delicada de sabor, en el paladar" y "la volandeira tiene mucho y muy buen sabor, pero es más durita, se nota en la textura".

En cuanto al precio de estos moluscos, "la zamburiña cuesta el doble". "Si te cogen una volandeira de buen tamaño y tú no lo sabes, ya te aseguro que te la llevas a precio de oro", afirmó el nutricionista. 

"El mensaje es que no te den gato por libre, no que te vayas a envenenar con estos alimentos", zanjó Ojeda. 

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