Perteneciente a la familia de las leguminosas, la alfalfa en cocina tiene un sabor suave y ligero, con ciertos toques a regaliz y discretamente afrutado, lo que convierte a esta planta y sus germinados (lo que se suele utilizar en cocina) en un ingrediente extra de lo más original y exclusivo.
Aunque la inmensa mayoría puede que nunca haya oido hablar de la alfalfa más allá del pasto para los animales, lo cierto es que se trata de un ingrediente cargado de beneficios saludables, y nutrientes más que interesantes para el consumo humano.
Si te convence todo lo que vamos a contarte a continuación puede que, incluso, te animes a cultivar alfalfa y germinarla en casa para tener siempre a mano este bocado verde y fresco.
¿Qué es la alfalfa y cómo puede comprarse?
Comenzaremos explicando que la alfalfa, protagonista de una tendencia culinaria en auge en España, es una planta de la familia de las leguminosas que conocemos en su mayoría por ser pasto para los animales. Más allá de esto, los brotes y germinados de la planta son aptos (y muy ricos) para rematar recetas sorprendentes de ensaladas, y también para acompañar sopas y guisos.
Por lo que respecta a su presentación para ser utilizada en gastronomía, la alfalfa puede encontrarse en supermercados de una manera más o menos habitual, casi siempre en su formato brotes. En este caso los suelen vender en conserva, para que puedas echar mano de ellos en cualquier momento.
Otra manera de conseguir alfalfa es en la versión de sus hojas deshidratadas que, una vez preparadas en infusión, tienen propiedades digestivas.
Ideas para incorporar la alfalfa a tus recetas
La manera más sencilla y más habitual de emplear los brotes o germinados de alfalfa en cocina es en ensaladas. Su textura le otorgará a tus ensaladas un bocado diferente, sin duda.
Los ingredientes que incorporas a tu mezcla de ensalada podrán ser los que tú quieras, aunque te proponemos utilizar el dulzor de alguna fruta de temporada como fresas o manzana con frutos secos troceados, mezclum de hojas de lechuga de diferentes tipos y yogur griego. Como topping, un buen puñado de brotes de alfalfa y… ¡a triunfar!
Otra manera interesante de aprovechar los múltiples beneficios para la salud de la ingesta de alfalfa (de los que hablaremos más adelante) puede ser en smoothie de frutas, ideal para que los más pequeños de la casa tomen este producto saludable 'y verde' sin darse cuenta. Añade al vaso de la batidora un poco de agua si se trata de frutas poco acuosas, y una buena cantidad de alfalfa.
Para finalizar, y ahora que se acerca el calor y todos estamos ya deseando empezar la temporada de gazpacho, otra sugerencia tiene que ver con incorporar la alfalfa a la comida líquida más popular del verano. Al añadir los brotes de esta planta que no aporta ningún sabor agresivo que modifique el de tu gazpacho, le estarás añadiendo propiedades sin cambiar el sabor habitual apenas.
Cómo plantar alfalfa en casa y germinarla
Para tener siempre a mano este ingrediente tan interesante de la cocina verde, puedes comprar semillas de alfalfa especiales para germinar en tu herbolario. Lávalas bien, escurriendo con un colador varias veces, antes de cultivarlas. Eso sí, necesitarás una germinadora que puedes encontrar fácilmente hoy en día en grandes superficies, Amazon, etc…
Coloca tus semillas en un recipiente con agua, y deja que se hidraten durante 10 horas aproximadamente. Una vez hayan engordado, escúrrelas bien y ve poniendo las semillas en la germinadora, de una en una y con cuidado de que no les dé el sol.
Deberás cambiar el agua cada día y, al cabo de algo más de una semana tendrás listos tus brotes germinados de alfalfa para ser usados en la cocina. Si no los consumes todos, se conservarán dentro de la nevera por una semana con todo su frescor.
Propiedades saludables de la alfalfa
Si te apuntas al consumo de germinados frescos de alfalfa en algunos de tus platos habituales, conseguirás mejorar el funcionamiento de tu aparato digestivo gracias a que esta planta contiene gran cantidad de fibra. Además, su clorofila ayudará a tu organismo a deshacerse de los tóxicos.
La cantidad de calcio de la alfalfa es mucho más abundante de lo que podríamos imaginar, mayor incluso que el que proporciona la leche de vaca. También se le adjudican poderes para controlar el colesterol y los niveles de azúcar en sangre, así como vitaminas del grupo A, B, C, D y K.
La alfalfa tiene efectos contra la flatulencia y estimula el correcto funcionamiento de los riñones por su efecto diurético y sus propiedades antiinflamatorias. Se han demostrado también sus beneficios para combatir la anemia y su efecto calmante en los dolores menstruales.
Comentarios