David Villa, un filón en La Mosquitera

  • La mina asturiana de Tuilla dio de comer a la familia Villa hasta que el pequeño David comenzó a golpear el balón.
  • Medio mundo le alaba con su papel en Sudáfrica.

Zaida tiene 4 años y poco o nada sabe de ordenadores, pero cada día se pega a la pantalla y ve a su padre tan cerca que casi puede tocarlo.

Le habla, le escucha, le sonríe, secuencia recíproca y diaria Tuilla-Sudáfrica. Allí está ‘el Guaje’, el chaval; aquí, en el pequeño pueblo asturiano donde las calles no tienen nombre, viven los Villa. Teléfono saturado este miércoles.

A David Villa le sobran ya títulos y titulares: esposo de Patricia, padre de Zaida y Olalla, delantero de la selección española, pichichi del Mundial, verdugo de Cristiano Ronaldo...y mil más que recibió ayer. Universalidad para un tipo sólo descarado cuando de meter goles se trata. "Controla y dispara en milésimas", dice Valdés, compañero en la selección y futura víctima en los entrenamientos del Barcelona.

Tantos años machacando la pared de la casa familiar le tenía que servir de algo. "Se olvidaba los libros cuando iba al colegio, pero el balón...nunca", recuerda su aliado y padre, ‘Mel’, 27 años bajando al Pozo La Mosquitera, picando carbón.

"David nunca fue a la mina, lo suyo estaba claro, el fútbol", asegura el patriarca. No lo apreciaron así en el Oviedo, que le dejó ir. Hay dos leyendas: no le quisieron por bajito, apunta una; no pagaron el coste de desviar ‘la ruta’ de la cantera ovetense para recoger en Langreo a aquel niño, versiona la otra.

La única certeza es que la falta de vista del club carbayón cambió las filias de la familia Villa al rojiblanco del Sporting. Y desde entonces, gol tras gol, todos celebrados desde el Bar Carly, sede de su peña y hogar de amigos, aquellos con los que se tomará un culín de sidra en cuanto vuelva de Sudáfrica.

En Tuilla, Trotski –apodo de Vicente Amores por 1930– ya no es el vecino más popular de la comarca. Él, que puso a sus hijos Libertad, Stalin, Lenin y Trotski, no puede competir con su bisnieto: David Villa.

"Mercader de la felicidad"

No había medio de comunicación que no hablase de David Villa este miércoles, después de su tanto frente a Portugal que metía a España en cuartos del Mundial. “Viva Villa”, rezaba la portada del diario deportivo galo L’Équipe, que titulaba la crónica con un significativo “Villa, el mercader de la felicidad”.

El alemán Bild jugaba con el tradicional saludo germano: “Auf Villasehen, Ronaldo”. Por último, “Villa, el Cristiano Ronaldo de España”, era el titular del portal Sina.com.

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