El síndrome gripal que impidió a Alejandro Valverde (Las Lumbreras, 1980) participar en el último Giro de Lombardía supuso el final anticipado, y oficioso, a una temporada que se dilató un poco con la participación en varios criteriums, como el de Murcia, pero que al murciano le costará olvidar.

Después de ampliar en enero su contrato hasta 2010 y convertirse en el ciclista mejor pagado del pelotón con una ficha anual de 2,3 millones de euros -Tom Boonen, un ídolo en Bélgica, cobra unos 1,4 millones de euros-, Valverde se marchó de vacaciones con cinco victorias en su zurrón, tres de ellas contrarreloj, tras 67 días de competición (sin contar los criteriums de final de temporada) y una gran presión por las constantes acusaciones de dopaje, veto incluido para no participar en los Mundiales de Stuttgart .

El balance es el más pobre del ciclista en los últimos años. En 2003 logró nueve victorias, en 2004 sumó quince, en 2005 ganó siete veces y en 2006, seis. En 2007, año en el que el equipo Caisse d'Epargne volvió a plantear dos picos de formas para su ciclista estrella (uno para las clásicas de primavera y otro para el Tour, en julio), concluyó sexto en el primer Tour de Francia que logró concluir y acabó segundo en una etapa (Briançon) y tercero en otra (Tignes). También concluyó segundo en la Flecha Valona y en la Lieja-Bastogne-Lieja.

Calendario nacional

Pero Valverde ha vuelto a hacerse fuerte en el calendario nacional en sus cinco triunfos. De sus 42 victorias, el murciano ha cosechado 35 en España y 7, fuera. Las vueltas a Valencia y Murcia, con cuatro victorias en cada una -dos generales, en 2007 y en 2004-, y la Vuelta al País Vasco, con cinco etapas, son los bastiones victoriosos del murciano.

Entre esos siete éxitos foráneos destacan la etapa del Tour 2005 en Courchevel, la Flecha Valona y la Lieja de 2006. Estas clásicas, las platas mundialistas de 2003 -en su segunda temporada como profesional- y de 2005, así como el bronce mundial de 2006 demuestran que Valverde es un ciclista de gran nivel. Con magia, con duende. Pero a sus 27 años se antoja discreta presencia internacional para uno de los hombres más mediáticos del pelotón.

"Ha sido un ciclista acostumbrado a un calendario más nacional. Y por eso, a veces, tiene reacciones de un corredor al que le falta experiencia en las grandes carreras", explicaba su director Eusebio Unzué esta temporada. Su deseo de lograr una grande, de momento, tampoco ha funcionado. Tercero en la Vuelta 2003, Valverde perdió la de 2006 en el descenso de Monachil cuando iba de líder y tras una mala lectura de la carrera que le relegó al segundo puesto, tras el kazajo Vinokourov.

"Llega un punto que te da igual perder cuatro minutos que seis", declaró Valverde al dilapidar sus opciones para la general en la crono de Albi del pasado Tour. Las declaraciones no gustaron en Caisse d'Epargne, entidad bancaria francesa, contenta pese a todo por la progresión contrarreloj de su estrella, lo mejor de 2007.

¿Tour o clásicas?

El debate, para muchos, sigue siendo si Alejandro Valverde no tiene que explotar sus condiciones ciclistas en las clásicas en vez de empeñarse en las grandes vueltas. De momento 2008 ha comenzado igual de bien que 2007 y con varios objetivos: los Juegos, la Vuelta y, ante todos, el Tour.

Si el año pasado ese buen inicio era por su renovación, ahora es por su paternidad; Valverde y su esposa Ángela fueron padres por primera vez el pasado 4 de enero con el nacimiento de los gemelos Iván y Alejandro. Año nuevo, vida nueva para el murciano.