Simon se deshizo del español Fernando Verdasco por 6-2 y 7-5.

En la otra semifinal, mucho más disputada, Nicolás Almagro, la revelación del torneo, necesitó tres sets para doblegar al ruso Marat Safin por 6-2, 2-6 y 6-4.

La final es totalmente inesperada: los dos jugadores que han llegado a la final no partían como favoritos, ni tan siquiera eran cabezas de serie.

El partido entre Almagro y Safin fue duro y tenso.

Según Almagro, "la clave" de su victoria fue que nunca dio por perdido el partido y siempre llevó "al límite" a su oponente para forzarle a cometer errores.

"Ha sido muy complicado batir a Safin esta vez (ya lo hizo en Roma el año pasado) porque tiene un saque muy potente y me ha costado encontrar mi juego", comentó el joven tenista.

"He empezado el set definitivo a remolque de mi rival, pero luego hemos entablado una bonita lucha en la que he salido vencedor. Me ha recordado al partido que disputé contra Ferrero", señaló.

Primera final

Para el tenista murciano, la de mañana será su primera final como profesional, algo que según reconoció le hace sentir "muy orgulloso".

En referencia a su oponente, el francés Gilles Simon, que se impuso a Fernando Verdasco en la otra semifinal, Almagro aseguró que se trata de "un jugador muy correoso que ha demostrado estar atravesando un buen momento de juego".

Preguntado por el "desplante" de Marat Safin al no saludarle tras la conclusión del partido, Almagro quiso quitar importancia a este gesto del ex número uno del mundo.

"Había mucha tensión en la pista, quizá no debía haber festejado un error que cometió. Por mí está todo olvidado, si me lo encuentro le daré la mano", dijo. "

Espero que lo sucedido se quede dentro de la pista y le pido perdón si he hecho algo que le ha ofendido. Tenemos que ser buenos compañeros, pero yo ahora sólo quiero disfrutar del momento, que es uno de los mejores de mi carrera", concluyó.

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