Regresa la Subida al Angliru, una carrera de atletismo diferente

El deporte aporta nombres y momentos capaces de trascender a la cotidianeidad. Pasa mucho con el ciclismo, y dentro de éste con los puertos de montaña. Una empinada calle puede ser un Mortirolo, un Alpe d'Huez, según los gustos, y una secuencia de jornadas cargadas de compromisos se nos presentan en el calendario, acaso por contagio balompédico, como los Alpes o los Pirineos.

Con el Angliru pasa algo parecido. La ascensión asturiana, popularizada por la Vuelta a España pero relativamente joven en términos históricos (una ruta asfaltada en los años 90 y popularizada tras una marcha cicloturista y una final de etapa en la Vuelta 1999), es toda una marca.

Pero también, más allá de bicicletas, es el escenario de un desafío para el atletismo. Lo fue durante unos años y ahora, este próximo domingo 12 de octubre, vuelve a serlo. Y es que regresa la Subida al Infierno, una prueba de atletismo de 12,5 kilómetros, la distancia entre Riosa y esta cumbre de la Sierra del Aramo (a más de 1.500 metros), caracterizada por su dureza.

La misma dureza en la que los ciclistas luchan casi más por mantener la verticalidad que otra cosa. Tres años después de la última edición, de la mano del atleta José Luis Capitán y del campeón paralímpico de maratón Alberto Suárez, regresa la Subida Pedestre al Angliru.

Capitán y Suárez, compañeros en el Club Maratón Oviedo, han trabajado duro para recuperar una carrera diferente de la que se organizaron once ediciones y que, por sus rampas de hasta el 23,5% está más cerca de la carrera por montaña (aunque sea por asfalto) que de la prueba en ruta. Capitán posee el récord de la subida (1h 00:36), pero su hermano Vicente es el que más triunfos posee en el palmarés con sus éxitos de 2006, 2008 y 2009.

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