En todos los Juegos Olímpicos siempre hay alguna medalla denominadas 'sorpresa', ya sea por la disciplina que la logra o por el deportista. En Pekín, la primera fue la de Samuel Sánchez. Después de que el centro de atención se lo repartieran Contador y Valverde, el asturiano se colgó el oro.

La segunda también nos sorprendió a todos. Era la primera de la historia en esgrima, y se la llevó Pirri Abajo, un bronce.

La que más ha llorado con su presea, por la emoción o porque no se lo esperaba, fue la ciclista Leire Olaberria, bronce en la prueba de puntuación.

Un gallego y un catalán, Saúl Craviotto y Carlos Pérez, también nos alegraron con su oro en el k-2 con una magnífica regata.

Sorpresa grata también ha sido el buen momento de los deportes de equipo, con la plata en baloncesto, en hockey, y el bronce en balonmano. Faltó el waterpolo, que se quedó en quinta posición.

Las sorpresas negativas de Pekín

El dopaje de la catalana residente en Sabiñánigo (Huesca) Maribel Moreno, fue el peor mazazo que se podía llevar la delegación española en el arranque de los JJ OO de Pekín. Una vez más, el dopaje salpicó al ciclismo español, siempre en el ojo de mira internacional. Este hecho ensombreció el triunfo de alguno de sus compañeros.

Gran parte de nuestras ilusiones estaban puestas en los atletas, que podría decirse se convirtieron en el mayor fracaso, junto a la natación, de estos juegos. En el deporte que fue la base de los JJ OO, no se ha conseguido ninguna medalla, algo que no ocurría desde Seúl 88. En España, además de otros posibles, se daban como seguras las medallas de Paquillo en marcha y de algunos 1.500 (Higuero, Casado y Estévez)

Paquillo quedó séptimo; el único que corrió la final de 1.500 fue Juan Carlos Higuero, que quedó quinto y Mario Pestano, que tiene una gran marca, quedó noveno en la final.

En el Triatlón también nos las prometíamos muy felices con el muy laureado, y campeón del mundo,

Otro de los fracasos fue el de los deportes de combate, en los que habitualmente sacamos buenos resultados. En judo y taekwondo, deportes en los que solemos triunfar en Europeos y Mundiales, no nos hemos llevado nada en los Juegos. Ni siquiera con Isabel Fernández ni Juan Antonio Ramos.

No se esperaban medallas en natación, pero la imagen dejada por nuestros deportistas en esta disciplina fue muy mediocre. El director técnico, Maurizio Coconi, prometió un salto de calidad, pero sólo un español nadó en la final: Aschwin Wildeboer. Ni se vio a Erika Villaécija, Mireia Belmonte, Rafa Muñoz, Nina Zhivanevskaya.