Sergio Ibáñez: "Me entreno a diario con judokas sin discapacidad así que también compito con ellos"

  • A pesar de sufrir una deficiencia visual del 79% hizo historia en el Campeonato de España Absoluto.
  • Este 2019 se ha convertido en el primer judoka paralímpico español en participar en un Open Europeo.
El judoka maño, que se proclamó subcampeón nacional absoluto ante deportistas sin discapacidad, con sus padres.
El judoka maño, que se proclamó subcampeón nacional absoluto ante deportistas sin discapacidad, con sus padres.
S.I.
El judoka maño, que se proclamó subcampeón nacional absoluto ante deportistas sin discapacidad, con sus padres.

Sergio Ibáñez (Zaragoza, 1999) es un referente del judo paralímpico español. Pesa a su juventud, es subcampeón de Europa, ha subido al podio de la Copa del Mundo y ha ganado cuatro títulos nacionales.

No obstante, sus logros van más allá del palmarés. Aunque sufre una deficiencia visual del 79% desde que nació, compagina las pruebas del circuito nacional paralímpico con las del olímpico y cerró 2018 haciendo historia en Cáceres, donde se proclamó subcampeón de España absoluto frente a deportistas sin discapacidad.

Por si fuera poco, ha inaugurado la nueva temporada rompiendo todos los moldes: a principios de febrero se convirtió en el primer paralímpico español en participar en un Open Europeo (competición de la Unión Europea de Judo para deportistas sin discapacidad y clasificatoria para los Juegos Olímpicos). "No sé si soy un ejemplo, pero sí siento que se reconoce lo que hago", confiesa a Sportyou.

Dos barreras derribadas entre Cáceres y Lisboa. Y vaya barreras.

He trabajado mucho y la sensación que me queda es indescriptible. El subcampeonato nacional y la llamada de la selección son logros que no esperaba conseguir tan pronto. He cumplido muchos sueños en poco tiempo y me siento muy contento y feliz. No solo por mí, también por mi familia y mis entrenadores, que son los pilares en los que me he apoyado para romper estas barreras.

¿Cómo le afecta su deficiencia visual del 79%?

Mi problema está en la luz porque no filtro bien un tipo de gama de rayos, pero puedo hacer vida normal y no necesito ninguna ayuda o asistencia. Aunque no puedo distinguir ningún tipo de color y no veo muy bien de lejos, el problema principal es la luz. Cuanto más tenue y oscura sea, más cómodo me siento.

No le ha impedido compartir prácticamente toda su trayectoria con deportistas sin discapacidad.

Nunca. A los 8 años empecé a entrenarme en la ONCE, junto a otros dos chicos con discapacidad, pero dos años después me pasé al Judo Club Zaragoza y desde entonces me entreno como uno más. Yo era el único chaval con problemas visuales y empecé a participar en competiciones convencionales sin ningún tipo de complejo.

¿Cómo se adaptó?

Cuando el problema es algo cotidiano te terminas acostumbrando y deja de suponer un problema. Simplemente uso unas gafas especiales que realizan la función de los conos y reducen la exposición de la luz. Tengo un modelo para el interior, con un filtro naranja porque es el color que mejor simula la función de los conos, y otro para el exterior, parecido a unas gafas de sol. En las competiciones utilizo unas lentillas que también son naranjas.

El primer deporte por el que apostó en sus inicios fue la natación.

Sí. Cuando detectaron mi problema recibí una carta de la ONCE con la lista de deportes adaptados que ofrecen y decidí tirarme a la piscina, nunca mejor dicho. Le dediqué algo más de un año, pero no me sentía del todo a gusto, así que volví a tirar de la lista y me fijé en el judo.

¿Le atrajo por algo?

Yo era un niño y no sabía nada del judo, pero de primeras me gustó. Además, lo hacía muy a gusto porque compartía la afición con algunos amigos. Con el paso del tiempo ya me enganchó como deporte.

Y no tardó en despuntar.

Con 15 años era doble campeón de España y, aunque eran torneos relativamente pequeños, moralmente me ayudaron mucho para seguir trabajando.

Además de seguir, abrió una doble vía.

Desde hace un tiempo alterno los circuitos nacionales de judo olímpico y paralímpico. Me entreno a diario con judokas sin discapacidad así que también compito con ellos. Seguiré esperando llamadas de la selección de la RFEJYDA, pero a nivel internacional lo más importante esta temporada son las pruebas con el equipo paralímpico porque son clasificatorias para Tokio 2020. Tenemos una Copa del Mundo en Bakú, los Juegos de la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) en Estados Unidos y el Europeo en Génova, además de un torneo no puntuable en Japón.

Después de su hito en el Campeonato de España de deportistas sin discapacidad. ¿Sintió presión al competir en el Open Europeo?

Yo solo pensaba en la competición. Me sentía bien, con ganas de revancha porque en aquel pabellón disputé el Mundial IBSA el año pasado y me quedé lejos de las medallas, aunque tenía expectativas muy altas. Esta vez me sentí mejor en mi debut y el combate iba bien, pero cometí un error...

Y se quedó a un paso de vencer.

Estaba dominando el combate, lo llevaba muy bien y podía ganar, pero los errores se pagan caros en estas competiciones, donde el nivel es increíble. A estos niveles no puedes cometer ningún fallo. Yo me equivoqué y él no perdonó. Fue una pena porque no logré entrar a cuartos y me quedé sin posibilidad de repesca.

¿Qué sabor le deja la experiencia?

Me da rabia haber perdido por ese error pero viajar a la competición fue algo inolvidable. Estoy emocionado por haber podido rodearme de toda esa gente y vivir algo así.

Además de competir por duplicado también saca tiempo para estudiar.

Curso el Grado Superior de Deporte en el Colegio Santo Domingo de Silos de Zaragoza y lo concilio todo bastante bien. La vida de deportista exige sacrificios y más aún si quieres estudiar. Yo tengo que renunciar a muchos aspectos de la vida social que tiene cualquier persona. De lunes a viernes me entreno y estudio, sin excepción. Y los fines de semana que no compito tengo que aprovechar para avanzar cosas de clase. Por suerte tengo unos compañeros de estudios que me ayudan bastante y los profesores son muy majos. Todos se portan muy bien conmigo.

¿Cuándo empezó a competir se imaginó que podría llegar tan lejos?

Nunca he pensado tan a lo grande, me marco objetivos asequibles. Algunos cercanos y otros más lejanos, como cualquier deportista. Y así, poco a poco, con trabajo diario las cosas acaban saliendo.

¿Qué le diferencia de otros deportistas?

No sabría decirte. No soy un judoka que destaque en algo especial, no hay nada que se me de especialmente bien. Pero lo que hago es trabajar, trabajar y trabajar. Como el que más. Soy uno más que trabaja en busca de sus objetivos y eso es lo que hago. Además del trabajo, tengo muy presente que mi familia y mis entrenadores son una parte muy importante de mis logros.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento