De Laporta a Rosell, el presidente a la sombra de un equipazo

  • El barcelonés Sandro Rosell ha continuado con la idea deportiva de su antecesor en la presidencia del Barcelona, Joan Laporta.
  • Sin embargo, su imagen pública es diferente, siempre más comedido.
  • Laporta involucró la imagen del club en sus ideas políticas.
  • Rosell, en un segundo plano, apenas ha dado que hablar en este año.
  • El equipo azulgrana gana el título liguero y la Champions.
Sandro Rosell.
Sandro Rosell.
EFE
Sandro Rosell.

Sandro Rosell tenía una dura tarea en el Barça: suceder Joan Laporta, el presidente del los seis títulos.

Un año después, el barcelonés siente cómo su labor ha dado sus frutos. Campeón de Liga y de Champions, la 2010/11 es otra temporada histórica para el Barça, esta vez al mando de Rosell desde la presidencia.

Rosell, que antes de presidente fue segundo de a bordo (entre los años 2003 y 2005), saltó a la presidencia del club tras presentarse a las elecciones con el lema 'Tots som el Barça' (Todos somos el Barça). El 1 de julio de 2010 nició su mandato como 39º presidente del F. C. Barcelona.

En su haber, destacar la continuidad en el ámbito puramente deportivo, que contrasta con la ruptura social si comparamos su trabajo con el de la antigua directiva comandada por Laporta.

Bajo su mandato se ha renovado por un año a Pep Guardiola y se fichó a dos nuevos jugadores de calidad contrastada como Adriano Correia y Javier Mascherano. Sin embargo, hay cada vez que saltan los rumores de que Guardiola puede abandonar el club, siempre se señala como uno de los motivos la falta de feeling que tiene con Rosell, que, en general, se mantiene más distante que Laporta con la plantilla y al cuerpo técnico.

Pero es en el ámbito social donde Rosell se ha distinguido por su romper con la filosofía de la anterior directiva. Un presidente más 'cercano' a los rivales (se lleva de maravilla con Florentino), menos polémico y tomando decisiones que no siempre gustaron a todos, como retirar a Johan Cruyff de su cargo de presidente de honor del Barça, alegando que no existe tal distinción en el club.

Además, recuperó el nombre de Barcelona B para el filial. Ha podido paralizar la recalificación de los terrenos del Miniestadi y ha cumplido con su idea de recuperar patrimonio, ya que el club ha pagado 4 millones de euro para recuperar una parcela de 18.000m2, situada dentro de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, vendida por Joan Laporta en enero de 2010 a la sociedad MCM Renting.

Un Barça menos 'político'

Una de los aspectos que más le han distinguido de la exdirectiva ha sido alejar al Barcelona, como club, del ámbito político en el que se veía envuelto día sí, día también cuando Laporta era presidente. Laporta, que tras dejar el Barça se metió de lleno en la política, protagonizó numerosas polémicas por sus ideas independentistas. Rosell se ha sabido desmarcar, alejando, además, al club de esa espiral en la que caía continuamente de la mano del expresidente.

Como peros, dos meteduras de pata. Una, cuando hizo público su apuesta de ganar al Real Madrid por 5-0 en la final de Copa "para no perder la costumbre", ya que encendió la mecha de la guerra dialéctica con el eterno rival en la que los jugadores y la afición tomaron el relevo. Y la segunda, durante el pasado Mundial manifestó que su deseo era que ganara Brasil la Copa del Mundo, lo que provocó duras críticas hacia las palabras de Rosell.

Ahora ya puede presumir del título que más ansían los presidentes: la 'orejuda' de Wembley irá a las vitrinas del Camp Nou.

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