Quincy Promes, futbolista de 26 años del Sevilla, ha pasado por los juzgados de la capital andaluza para someterse a un juicio rápido después de dar positivo en un control de alcoholemia unos días antes. El joven delantero fue acusado de un delito leve contra la seguridad vial cuando circulaba con su vehículo por Puerto Banús (Málaga).

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía han informado a EFE de que "se ha llegado a una conformidad" con el jugador, al que se le ha impuesto una multa por el mencionado delito, cuya cuantía no ha trascendido.

Los hechos, según publicó Diario de Sevilla, ocurrieron sobre las diez de la noche del martes 18 de diciembre, cuando en un control la Policía Local de Marbella le practicó una prueba de alcoholemia en la que el holandés arrojó una tasa superior a 0,60 miligramos por litro en aire respirado, más del doble del máximo de 0,25 permitido por ley.

Al rebasar la tasa de 0,60, el positivo por alcoholemia se considera un delito, por lo que el extremo sevillista fue denunciado por la vía penal y, además, la Policía Local procedió a la inmovilización de su vehículo.

Por parte del Sevilla no han trascendido medidas disciplinarias por lo ocurrido. El futbolista cometió la infracción en el primero de los dos libres que tenía la plantilla nervionense antes de preparar el partido contra el Leganés. Promes se entrenó con normalidad en esas jornadas, y de hecho participó en el encuentro disputado en Butarque que acabó con empate 1-1.