Joaquim Purito Rodríguez estrenó su palmarés de 2015 al imponerse en  Zumarraga meta de una tercera etapa de la Vuelta al País Vasco, sobre 170,7 kilómetros y ocho pasos montañosos, cuyo final estaba condicionado a lo que sucedería en las tremendas rampas del Santuario de La Antigua. Apenas 2,5 kilómetros según se viene desde Ezkio, pero con un porcentaje medio que ronda el 10% y rampas del 25%. Bien conocía el terreno Purito, quien ya ganó con idénticos mimbres en la edición de 2011. La de 2015, es su quinta victoria en la Itzulia.

En el segundo y definitivo paso por esta ermita, con la cima a tres kilómetros del final, se destacaron en cabeza el catalán del Katusha y los colombianos Sergio Henao (Sky) y Nairo Quintana (Movistar), el defensor del título en la ronda vasca. Fue Henao, nuevo líder de la Itzulia, el que desató las hostilidades en unas rampas pobladísimas de público donde no pocos corredores tuvieron que acabar caminando, dadas las pendientes.

Un movimiento que sepultó en los anales la valentía del más líder de la montaña Omar Fraile (Caja Rural) y su compañero británico Hugh Carty, la del belga Sander Armée (Lotto) o la del holandés Lieuwe Westra (Astana), quienes rodaron escapados durante muchos kilómetros, casi desde salida. Y la perseverencia del propio Fraile y del propio Westra, que insistió en solitario tras el primer paso por el repechón para ser 'fagocitado' por los favoritos en su arranque por el ritmo del Movistar y el Sky.

En la recta final, Purito acabó desplegando su mayor punta de velocidad para hacerse con el triunfo en otra jornada redonda para el equipo ruso Katusha por sus éxitos belgas. Un primer éxito del año para el catalán, que regresaba a las carreteras de Euskadi en las que se forjó tras su ausencia en 2013 y en 2014. Rodríguez, además, acaba con una sequía que se prolongaba desde su éxito en la Volta a Catalunya 2014. Este jueves la Itzulia llega al Santuario de Arrate tras otra exigente jornada llena de subidas, con un 'casi' final en alto (la última parte es un descenso que conoce muy bien Nairo Quintana), en la que algunos ciclistas como el finlandés Veikkanen no serán de la partida: las caídas, más o menos duras, son inherentes al ciclismo; no como los pivotes y las trampas de primer día.

El corredor noruego Alexander Kristoff, del Katusha, reciente campeón del Tour de Flandes y de los Tres Días de Panne, hizo suya al esprint la Scheldeprijs, una clásica belga de ciclismo de 204,2 kilómetros, con inicio en Amberes y final en Schoten que celebró este miércoles su edición 2013.

Kristoff dominó un sprint que vivió momentos de zozobra cuando, a medio kilómetro de la llegada, el pelotón se quedó reducido a una veintena de corredores tras una múltiple caída, de la que el noruego se salvó casi de milagro ya que, entonces, pululaba cerca de las posiciones donde se produjo el incidente.

El corredor noruego sucede en el palmarés de esta clásica belga al alemán Marcel Kittel, ganador de las tres últimas ediciones y que no tomó la salida en la presente edición por enfermedad.

Kristoff acumula seis victorias desde finales de marzo, once desde que se inicio la temporada, donde los sprints conviven con una general (De Panne) y uno de los cinco monumentos más prestigiosos (Tour de Flandes). Desde luego el noruego es el hombre del momento. Y su equipo, claro.