El portero del Deportivo de la Coruña, Dani Aranzubía, entró en la historia de la Liga este fin de semana por ser el primer portero que marca un gol de cabeza.

Gol importante, además, ya que conseguía un punto 'in extremis' para su equipo ante el Almería.

Pero no es el único portero -si hablamos de goleadores- que consiguen anotar en la portería contraria y saborear las mieles del éxito. Muchos, en activo y ya tretirados, han marcado (nunca mejor dicho) una época precisamente por hacerse más famosos por anotar que por parar.

Posiblemente, uno de los mejores metas del mundo. Y, además, daba espectáculo. Un ejemplo es la falta directa que anotó el portero del Atlético Nacional a River Plate en la ida de la semifinal de la Copa Libertadores de América de 1995.

Es el meta que más goles ha conseguido en el fútbol (84). Aquí, un ejemplo de un gol de falta directa ante el Palmeiras, en 2002.

Muy recordado es el gol del meta a Argentina en la clasificación para el Mundial de Francia 98.

Chilavert también consiguió anotar en su etapa con el Real Zaragoza. Fue a la Real Sociedad, de penalti. El problema es que segundos después le devolvieron la moneda con un gol desde el círculo central.

Los sevillistas -y toda la afición española- seguro que aún recuerdan el gol de Andrés Palop en los octavos de final de la UEFA en 2007 ante el Shaktar. Finalmente, y gracias a ese gol, el Sevilla acabó pasando la eliminatoria en la prórroga y luego ganando la UEFA.

El portero de la Real Sociedad también le ha cogido el gustillo a lanzar faltas. Ante el Nastic, aunque con un poco de fortuna, consiguió anotar.

En Segunda, también el portero del Rayo Cobeño saboreó las mieles de conseguir un gol. Fue desde su propia portería, al Elche, y con 'ayuda' del meta rival. Sin embargo, este gol no sirvió para que el equipo madrileño ganara el partido.

Para curioso, este gol  de un portero de la liga portugues, que marca con el balón en juego y desde su propia portería en el partido entre el Río Ave y el Esmoriz.