Los grandes equipos, los campeones, eso que añora ser la afición del Atlético de Madrid desde hace unos años, tienen que demostrar su calidad en la adversidad. Y eso hizo el Atlético en San Mamés, donde dejó claro que ha ganado en pegada y tiene recursos para buscar el gol... pero también que sufre demasiado en defensa.

Los rojiblancos sumaron su segunda victoria en la Liga, la primera lejos del Calderón, ante un Athletic muy luchador que, al cuarto de hora, ya había sufrido la genialidad de Agüero. El Kun, en un regate genial que dejó sentado a Ustaritz, adelantó al Atlético y obligó a los locales a buscar la remontada.

Así fue. Los vascos, especialmente en la segunda parte, acosaron con excesiva dureza a un Atlético que encontró en Leo Franco a su mejor hombre. Y entre el asedio, dos goles anulados a los bilbaínos y otra genialidad, esta vez de Forlán, para finiquitar un partido que, por si había dudas, apuntala a Javier Aguirre en el banquillo.