La previa del encuentro entre Brasil y Costa Rica estaba marcada por la figura de un Neymar que llevaba toda la semana convaleciente de sus problemas de tobillo. El crack del PSG tuvo que retirarse del entrenamiento del pasado martes, con claros signos de dolor, y aunque desde el seno de la canarinha se lanzó un mensaje de tranquilidad, la realidad es que su gran estrella ha dado la sensación de estar mermada desde lo físico.

Sobre todo en el primer acto vimos a un Neymar excesivamente cauto, como dando la sensación de no querer recibir un golpe, y eso choca frontalmente con el estilo que le ha llevado a ser uno de los mejores futbolistas del planeta. El del PSG necesita regatear, incitar al rival, atreverse de forma constante porque eso siempre genera desequilibrio a favor de su equipo, Sin embargo, sobre todo en el primer tiempo, es algo que no ocurrió y que pesó mucho para explicar que Brasil apenas tuviera ocasiones claras durante los primeros 45 minutos.

Es cierto que en la segunda parte la situación cambio de forma radical, ya que la canarinha, con mucho más ritmo e intensidad, metió muy atrás al combinado tico. Neymar dio la sensación de no estar en plenitud, aunque lo intentó de forma constante. En el arranque de esa segunda mitad, el del PSG tuvo dos buenas ocasiones; en la primera, Keylor Navas hizo una gran parada, y en la segunda, con todo a favor, disparó de forma incomprensible ligeramente desviado.

En cualquier caso, una jugada que quedará en el recuerdo de este Brasil – Costa Rica volvió a tener como protagonista al VAR. Fue una acción en el minuto 78, en la que Neymar, tras un contragolpe, quedó en posición de remate. Decidió recortar y un leve contacto de Duarte fue señalado por Kuipers como penalti. Sin embargo, en el VAR quedó claro que el contacto no fue suficiente.

Brasil, no obstante, siguió apretando, y en el minuto 91 de encuentro, gracias a un tanto de Philippe Coutinho, puso el 1-0 parcial. Ya con Costa Rica totalmente volcada, Neymar pudo estrenarse en esta Copa del Mundo, después de una gran jugada de Douglas Costa, que le regaló el tanto para poner el 2-0 definitivo.