La NBA ha castigado a los jugadores implicados en la pelea del partido entre Los Angeles Lakers y Houston Rockets del pasado sábado. Brandon Ingram y Rajon Rondo, de los Lakers, no podrán jugar cuatro y tres partidos, respectivamente, mientras que a Chris Paul, base de los Rockets, le han caído dos.

Las sanciones deportivas implican también una multa económica, en forma de recorte salarial a los implicados: Ingram dejará de percibir 159.000 dólares (138.000 euros), por 186.000 (161.000) de Rondo y 491.000 (426.000) de Paul, que es quien menos partidos estará suspendido pero también el que tiene el salario más alto.

"Ingram ha sido suspendido por regresar de manera agresiva y escalar el altercado y lanzar un puñetazo en dirección a Paul, enfrentando a un árbitro de una manera hostil e instigando el incidente en general empujando al escolta de los Rockets James Harden", explica la nota oficial de la liga estadounidense.

En el caso de Rondo, la NBA comenta que fue suspendido por instigar un altercado físico, escupir y lanzar varios golpes a Paul. Éste , por último, ha sido suspendido por poner un dedo en la cara de Rondo y lanzarle varios golpes.

Paul ha cumplido ya este domingo el primer partido de sanción, en la misma cancha de los incidentes pero ante el otro equipo de Los Angeles, los Clippers, que se llevaron el partido (115-112).