Natxo González: "No es todo tan idílico en el surf, nos jugamos la vida"

El surfero Natxo González en Indonesia.
El surfero Natxo González en Indonesia.
JON ASPURU
El surfero Natxo González en Indonesia.

Natxo González (nacido en Plencia, un pueblo vizcaíno, hace 23 años) empezó a surfear a los 5 años y con sus primeros ahorros se compró a los 7 su primera tabla. Con 11 empezó a competir y lograr sus primeros éxitos, y su carrera le obligó a dejar los estudios, "mis padres apostaron por mí". Ahora es el 5 del mundo en grandes olas.

El vasco, que logró un '10' en la mítica prueba del campeonato del mundo en Nazaré, algo que nadie había logrado, es ya una estrella del surf de las grandes olas pese a su juventud.

Su '10' en Nazaré (Portugal) es ya parte de la historia.

Fue superbonito, fui para allí con mis amigos, echándonos unas risas, cantando en el coche, quitándome un poco la presión. Eso me ayudó mucho, llevaba una pretemporada de seis meses pensando en ese campeonato y lo quería hacer bien, es de los sitios que mejor conozco del circuito. Fue muy emocionante, el 10 es algo histórico. Cuando salí empecé a llorar y ya todo el día llorando, sobre todo cuando empecé a leer los mensajes y vi el de mi madre, que no lo pasa muy bien.

¿Qué es lo que se valora en este tipo de acciones?

Es un poco tener suerte. La técnica lógicamente hay que tenerla, pero en Nazare te tiene que cuadrar la ola, es una mezcla de técnica, suerte y huevos.

¿Cómo es la vida de Natxo González?

Pues todos los días mirar los partes meteorológicos de todo el mundo a ver si hay algo interesante, y si lo hay, ir para allí. Y si hay un campeonato del circuito mundial, pues a competir, solo estamos diez en todo el mundo. Y cuando viajamos, a documentarlo y a hacer vídeos con el cámara, Jon. Ir para donde sea para liarla, y colgarlo en las redes sociales y en Internet, para que los sponsors vean que te mueves. Aparte de las olas grandes, también me dedicó a hacer aventuras. Sitios de poca accesibilidad como zonas de África.

Suena todo muy idílico. Buscar olas, surfear, parece una vida casi perfecta.

Sí, bueno. En la India una vez hubo una alerta roja por olas e íbamos por eso, pero no nos dejaban cruzar. Nos pilló la policía yendo en barco, acabamos en el cuartelillo y volvimos. Si nos pillan, acabamos en prisión, nos arriesgamos mucho. Con las olas grandes nos jugamos la vida, he tenido un par de episodios muy duros.

El surfero Natxo González en Mullaghmore (Irlanda).
El surfero Natxo González en Mullaghmore (Irlanda).

¿En algún momento ha llegado a temer incluso por su vida?

En Nazare, hace dos años, éramos cincos surfistas y alquilamos dos motos de agua, tres surfeaban y dos conducían. En una de estas vino un oleaje fuerte y todos a comer. El chaleco inflabe me ayudó a salir a la superficie, pero me empecé a ahogar y no salía del agua. Se me fue de las manos. Empecé a aguantar hasta que me empecé como a quedar dormido, y me tuvieron que rescatar en el último momento cuando estaba más para allí que para aquí. ¡Espero que mi madre no lo lea!

¿Se puede vivir del surf?

El surf está de moda pero no es como antes, había un momento que había un montón de dinero y todos los profesionales podían vivir de ello. Ahora está muy difícil, yo que soy el quinto del mundo en mi modalidad me esponsorizan pero me tengo que buscar las castañas. Si fuera futbolista, uno como yo sería millonario, pero no lo hago por dinero, me siento afortunado, vivo de lo que me gusta.

El surf es nuevo deporte olímpico. Puede ser un impulso importante para este deporte.

Está entrando bastante bien, pero yo ahora no estoy a las olas pequeñas (las de los Juegos) más que para entrenar, sino a las grandes. Es una pena que esta modalidad no sea aún olímpico, pero poco a poco. El surf está de moda.

Hay mucho mito alrededor de los surfistas. ¿Se liga tantísimo como parece? ¿Hay muchas fiestas?

Sí hay fiesta, pero como todo deportista, hay que entrenar y si quieres trabajar bien, la fiesta no va de la mano. Pero cuando estoy de baja temporada, sí me pego mis fiestas, hay que hacer un poco de todo en la vida. En cuanto a las chicas... es difícil, un surfista viaja mucho. Tengo una vida ahora que no puedo planificar ni me puedo comprometer.

¿Cómo ve su futuro cuando el surf se acabe?

No tengo mucha idea, estoy con el presente, algo vinculado al mar seguro, que es lo que me apasiona. Lo que me dé tiempo libre para surfear. Ahora mi reto es ser campeón del mundo en las olas grandes, soy joven, tengo 23 años y compito con gente de 45. Queda una prueba y si lo hago bien hay opciones del título, así que vamos a saco.

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