Nacho, el futbolista estudiante al que la diabetes no frena

Nacho Fernández.
Nacho Fernández.
Luis Grañena
Nacho Fernández.

De Alcalá de Henares, donde aún vive hoy en día, a cumplir el sueño de cualquier niño aficionado al Real Madrid. Nacho personifica la historia del canterano que acaba triunfando en el equipo de su vida.

Un sueño que casi se desvanece cuando tan sólo tenía doce años. Nacho se acuerda a la perfección de aquel viernes en el que, de repente, comenzó a sentirse mal y sus padres tuvieron que llevarle al hospital. Aquel fin de semana el defensa no podría disputar disputar el partido con su compañeros. Lo peor llegó con el diagnóstico: era diabético y los médicos que le atendieron le dijeron que tenía que dejar el fútbol.

Pocos días después, apareció el ángel de la guarda de Nacho y el médico que le cambió la vida, el doctor Ramírez. Él le obligó a que siguiera jugando, que no abandonara, que utilizara el deporte para mantener a raya la enfermedad. Que no le venciera. La único diferencia con el resto de sus compañeros es que debía tener cuidado con la comida. Desde entonces, Nacho ha colaborado en diversas campañas de concienciación para apoyar la investigación contra la diabetes.

Sus padres siempre estuvieron a su lado para apoyarle en su carrera futbolística pero con una máxima más importante: los estudios son lo primero. "Si no quieres quedarte hasta las tres d ella mañana estudiando, entonces deja el fútbol", solía decirle su padre.

No dejó ni lo uno ni lo otro. Aún a día de hoy tiene a medias la carrera de actividad física y del deporte (INEF), grado al que le dedica tiempo cuando su carrera deportiva se lo permite.

Un chico sencillo que cada día recorre los 26 kilómetros que separan Alcalá de Henares de Valdebebas, que encuentra en Alejandra y Nacho, sus hijos, su mayor pasión y que disfruta con una corrida de toros y la música de Dani Martín.

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