Campos se refería a la tragedia sufrida por el ABN Amro 2, que el viernes había perdido a uno de sus tripulantes, el holandés Hans Horrevoets, quien falleció al caer al agua por un golpe de mar y su cadaver viajaba en el interior de la bodega.
Los tripulantes del barco español detectaron que éste sufría un "daño estructural grave" que obligó a avisar al barco más cercano, el ABN, para ayudarles ante la previsión de la tormenta durante la disputa de la séptima etapa de la Volvo Ocean Race, entre Nueva York y Portsmouth, Inglaterra.
Los diez integrantes de la tripulación optaron en un primer momento por quedarse en el barco pero desde tierra se les recomendó que lo abandonaran.
La prioridad única era la seguridad
"Fue un momento muy duro, porque no es lo mismo abandonar un barco que se está hundiendo, en riesgo gravísimo, que cuando está, digamos, controlado. Pero el parte meteorológico era terrible, como se ha comprobado, y el riesgo de que pudiera ocurrir algo en las siguientes horas no era aceptable", explicó.
'Desde que acabaron los JJOO nos hemos dedicado en cuerpo y alma a este proyecto. Nosotros más que nadie sabemos que se ha dado todo para poder ganar esta regata y (..) para nosotros es un poco frustrante. Por otro lado no quieres ni pensar en eso, sólo estamos pensando en que los tripulantes estén bien', señaló Iker Martínez.
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