Muchas cosas han cambiado desde la previa de aquel partido que se antojaba decisivo para la Liga hace poco más de tres semanas. El Barça ganó en aquella ocasión al Real Madrid, pero desde ese partido los culés han ido de batacazo en batacazo mientras que los blancos han generado muchas dudas tanto por su agónica clasificación en la Champions como por su tropiezo en Sevilla.

Con la Liga teñida de un claro color rojiblanco, la Copa se antoja como la salvación de ambos conjuntos, especialmente para un Barça muy tocado tras su semana negra en la que fue eliminado de la Champions y casi dijo adiós a la competición doméstica con su derrota en Granada.

Tata Martino y Carlo Ancelotti están recibiendo duras críticas en las últimas semanas, especialmente el argentino. Sus planteamientos no convencen y la Copa será una prueba de fuego para ambos. El sistema que emplearán y los jugadores que elijan para suplir a sus numerosos lesionados serán en gran medida la clave del choque por el primer gran título de la temporada.

¿4-3-3 o 4-4-2?. O lo que es lo mismo, apostar por un centrocampista más, Cesc Fábregas, o por dos extremos abiertos que acompañen a Leo Messi.

Hasta el momento, en todas las grandes citas de la temporada Martino ha apostado por poblar el equipo de centrocampistas para monopolizar el control del balón. Sin embargo, ello ha hecho que en ocasiones el equipo adoleciera de llegada y que el equipo se atascara por el centro.

Pero ese mismo esquema funcionó en las dos ocasiones ante el Real Madrid, lo que puede hacer que el Tata apueste de nuevo por Cesc en detrimento de Alexis o Pedro.

Problema central. Este verano se fracasó, una vez más, en el fichaje de un central de garantías y llegados al tramo decisivo de la temporada el Barça se encuentra con Piqué, Bartra y Puyol lesionados, aunque ninguno de ellos está totalmente descartado para la final.

Por lo tanto, Martino tendrá que elegir entre poner a un jugador que no esté en plenitud de condiciones o apostar por recolocar a otro jugador. Busquets es una opción, pero sin él el centro del campo azulgrana pierde demasiado. Adriano es otra, pero sería condicionar al equipo en exceso en el juego por alto. Song es la tercera vía, pero el camerunés sería un chollo para la velocidad de Bale y la inteligencia táctica de Benzema.

Pinto y su juego con los pies. El portero suplente está rindiendo a un buen nivel, pero tiene un grave déficit en su juego con los pies. Si el Madrid presiona arriba, Pinto no tiene la salida de balón de Valdés y esa puede ser una fuente inagotable de pérdidas del Barça.

Martino debe encontrar la manera de que el esférico llegue poco a pies de su portero y encontrar la manera de que haya salida de balón cuando no quede más remedio y Pinto tenga que jugar desde portería.

La motivación de Messi. El argentino siempre es decisivo ante el Real Madrid y el Tata debe hacer que se sienta cómodo en el partido, hacerle participar lo máximo posible, que sea el Messi de las grandes ocasiones.

En el caso de que el Madrid le anule poblando el medio de jugadores, el Tata debe encontrar la manera de que entre en juego, bien retrasando su posición, bien haciéndole caer a una banda.

Sin Cristiano, un dibujo distinto. La casi segura baja de Ronaldo en la final hará que el equipo pierda a su mejor jugador, pero a la vez compensará la gran carencia del Madrid en sus enfrentamientos ante el Barça: el centro del campo.

Isco entrará en el lugar del portugués y su apoyo en el medio a Xabi, Modric y Di María será clave en la presión a los azulgrana y una mayor posesión de balón. El argentino será pieza clave, pues debe leer cuándo debe dar apoyo al centro del campo y cuándo debe caer más a las bandas para aprovechar la habitual debilidad culé en esa zona.

Cuidado con las tarjetas. Ancelotti debe hacer ver a sus jugadores, especialmente a sus dos centrales, que deben tener más autocontrol y evitar que Mateu Lahoz les saque una tarjeta amarilla demasiado pronto.

Ramos y Pepe, dos centrales viscerales y con tendencia a perder la cabeza en demasiadas ocasiones, no pueden condicionar a su equipo como ya ha sucedido en ocasiones anteriores.

Confianza en Morata. Las numerosas bajas harán que Ancelotti tenga pocas variantes en el banquillo. Cristiano, Jesé, Khedira, Marcelo y Arbeloa no estarán en la final de Copa, por lo que en caso de un resultado negativo será responsabilidad de Morata intentar cambiar el signo del partido desde el banquillo.

El canterano llega en su mejor momento de la temporada, ha marcado en los tres últimos partidos ligueros y en todos empezó como suplente.

Dos partidos, dos derrotas. De momento, Ancelotti no ha encontrado la manera de derrotar al Barça desde que aterrizó al banquillo del Bernabéu.

En el Camp Nou, le salió mal la apuesta por Sergio Ramos en el centro del campo y el equipo mejoró tras los cambios en la segunda parte, pero fue insuficiente. En el Bernabéu, el italiano apostó por el intercambio de golpes, pero cedió demasiado espacio al Barça, lo que fue aprovechado por Messi y los centrocampistas culés. Aún no ha encontrado la manera de que su equipo sea superior en un clásico.