El lanzador de peso Manolo Martínez ha aparcado su actividad deportiva para, en el papel de Goliat, ayudar al Capitán Trueno en la película sobre este personaje del cómic, en la que ha experimentado el paso de su actividad solitaria como deportista al trabajo de equipo de esta producción.

"Estoy acostumbrado a trabajar solo con mi entrenador y como mucho con el fisioterapeuta o el representante. Por eso compartir actividad durante meses con un gran equipo, que siempre me ha apoyado, me ha enriquecido mucho, sobre todo a partir del momento en que tomé confianza con mis compañeros", agregó.

Martínez, nacido en León en 1974, es Goliat en "Capitán Trueno y el Santo Grial", una producción española de aventuras dirigida por Antonio Hernández que se ha estrenado este fin de semana con Sergio Peris-Mencheta en el papel del Capitán Trueno y Natasha Yarovenko en el de Sigrid.

Olímpico en cuatro ocasiones y presente durante las dos últimas décadas en las principales competiciones del atletismo mundial, Martínez encarna un personaje forzudo y bonachón, creado por Víctor Mora y Miguel Ambrosio Zaragoza en 1956 para acompañar al Capitán Trueno, uno de los grandes personajes del cómic español.

"La experiencia ha sido un regalo. Si me dicen hace cuatro años que a estas alturas iba a haber hecho dos películas y una serie de televisión, no me lo habría creído", señaló Martínez, tras indicar que siempre había encontrado sugerente este mundo, aunque inicialmente más desde la producción que desde la interpretación.

"Siempre me ha gustado el arte, pero cualquier proyecto de dedicación a este mundo al final de mi carrera deportiva pasaba por la escultura, no por el cine", explicó el deportista, quien también se ha dedicado a la poesía, como "un desahogo".

Para este lanzador de peso, que se toma con humor la obligación de pelear en cada una de las escenas de acción de la película, el proyecto le ha abierto muchas expectativas tras una larga etapa como atleta de un deporte individual. "Creo que me he adaptado e incluso he disfrutado con compañeros que siempre me han permitido aprender, preguntar y que al final ya sabían lo que necesitaba en cada momento", indicó.

El rodaje se realizó a finales de 2010 en Madrid, El Escorial, la zona de Ruidera, Valencia y Alicante y todas las escenas obligaban a Martínez a trabajar con un parche en el ojo.

"Pensé que iba a ser más molesto, pero cuando me metía en el papel no lo notaba. Incluso llevaba el ojo tapado en algunos momentos en los que no era necesario para adaptarme mejor", explicó.

Para él, lo más interesante de la película ha sido el rodaje de las escenas de acción de una historia ambientada en la época de las Cruzadas en la que hay castillos, combates, mazmorras y espadas.

Todo ello junto a la gran porra que siempre ha acompañado a Goliat para defenderse de sus enemigos.

Para Martínez, la película demuestra que el cine español no tiene porque temer a la acción en sus películas de aventuras. "Cuando he ido a ver estas películas, siempre me daba la sensación de que teníamos prejuicios, no queríamos pasarnos y dosificábamos mucho la acción, justo a diferencia de lo que hacen los americanos", señaló.

"Además está es una acción limpia, sin cargar las tintas en la violencia", dijo Martínez, quien también recordó que "no se han pasado" en un aspecto de la personalidad del Goliat del cómic como es el de la voracidad a la hora de comer.

"Es una película que van a ver los niños y no convencía la idea de dar demasiada presencia a las imágenes de las piernas de cordero o de ternera en un momento en el que equilibrar la alimentación es importante", concluyó el lanzador de peso y actor español.