Luka Doncic nació en Ljubljana hace 19 años y defiende los colores de la selección eslovena. Y, pese a ello, es casi madrileño de adopción. A la capital española llegó con 13, y desde entonces su identificación con la ciudad y con el club que le formó, el Real Madrid, es absoluta.

Este verano, el club blanco vio como se le fueron sus estrellas de fútbol y de baloncesto. Ambos casos no pueden ser más distintos, pues mientras uno se fue dando un portazo (hablamos de Cristiano Ronaldo, por supuesto), el otro, Doncic, lo hizo agradecido y con el corazón blanco. Es frecuente verle interactuar en redes sociales con sus ex compañeros y animar al Real Madrid cada vez que juega el equipo, tanto en baloncesto como en fútbol.

Se presentó al draft de la NBA como uno de los jugadores más jóvenes, pero a la vez como el más formado. Su experiencia en Europa, jugando al más alto nivel y conquistando en su último año la Euroliga -además de la Liga ACB- le convertían en el valor más seguro de entre las promesas que las franquicias podían elegir.

Y Doncic no está decepcionado. Su debut ante los Suns fue esperanzador, con 10 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias. Pero lo mejor estaba por llegar. En su segundo partido, dejó a todos boquiabiertos con una actuación estelar ante los Minnesota Timberwolves (26 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias) que fue clave en la primera victoria este año de los Mavericks.

Y en la madrugada de este lunes, nueva exhibición. Volvió a ser decisivo en el triunfo ante los Chicago Bulls (140-136) con 19 puntos, 6 asistencias y 3 rebotes. Dejó, además, un pase para el recuerdo. Amagó, dejó a dos rivales clavados que esperaban un pase a un lado, y después asistió a DeAndre Jordan, el pívot de los Mavericks que tan bien está aprovechando el talento de Luka.

La ciudad de Dallas está entregada con un jugador al que consideran clave en el resurgir del equipo. Antes del primer partido en casa, ante los Wolves, la camiseta de Doncic se agotó en la tienda oficial del pabellón. El dueño del equipo, el conocido Mark Cuban, pidió calma con el esloveno, «tiene un largo camino por recorrer», pero reconoció que está «emocionado, entusiasmado» y destacó el que está siendo «sin duda, un gran comienzo».

El impacto de Doncic en la NBA ha sido inmediato, y su futuro apunta a ser muy brillante. Para esta temporada, el objetivo es consolidar el nuevo proyecto de los Mavs, con el reto de clasificarse para los playoffs, pero sin presión por alcanzarlos, pues no están en las quinielas para disputar la postemproada. Y, a nivel personal, ser elegido rookie del año, algo que no va a ser sencillo ante el nivel de otros novatos que también están brillando en este inicio, especialmente Trae Young y DeAndre Ayton.