Este martes el Celta de Vigo presentará por fin a Luis Enrique como su nuevo entrenador para las dos próximas temporadas. Por fin porque el fichaje se anunció el pasado sábado 8 de junio y porque el anuncio ha levantado tanta ilusión que la afición quiere conocer más detalles del proyecto. Y si el acto se ha hecho esperar no ha sido por otro motivo que la "particular pretemporada" que el exfutbolista asturiano disfrutó durante la pasada semana.

Gran practicante del ciclismo, ya sea con una mountain bike o con una bicicleta de carretera, también maratoniano y triatleta con fondo Ironman, Luis Enrique fue uno más dentro de un grupo de cicloturistas que la pasada semana afrontó algunos de los puertos de montaña más complejos, difíciles y exigentes del mundo: los Alpes Dolomitas italianos, así como otros en los vecinos Alpes Cárnicos. En tan peculiar periplo le acompañaba el que será su segundo entrenador en Vigo: el navarro Juan Carlos Unzué. El que fuera guardameta durante 17 temporadas en varios equipos de Primera División es el hermano de Eusebio Unzué, el director de la estructura ciclista que actualmente cuenta con el patrocinio de Movistar.

El exjugador del Sporting de Gijón, Real Madrid y Barça se estrenó con una primera "etapa" en la que tuvo que ascender el Passo dello Stelvio por dos de sus vertientes. Desde Bormio el Stelvio, una vieja ruta abierta entre 1820 y 1825 que se corona a 2.758 metros de altitud, hay que pedalear durante 22 kilómetros con una pendiente media del 7,2 y rampas máximas del 15. Desde Prato, acaso la vertiente más famosa por sus vistas y su gran cantidad de curvas de herradura, es algo más largo, 25 kilómetros, pero presenta números parecidos.

Durante su segunda jornada Luis Enrique ascendió el Passo di Foppa, mucho más célebre por la denominación "Mortirolo" (1.851 metros, uno de los puertos de montaña que condensan la definición de dureza y por ello más mediáticos), y el Passo di Gavia, otro coloso alpino con su cima a 2.620 metros. "Hoy el Mortirolo me ha desgastado y el Gavia me ha reventado", indicaba en su cuenta en una red social. El Col du Tourmalet y la estación invernal de Luz Ardiden, en los Pirineos, o los asturianos Lagos de Covadonga son otros de los puertos que ya conoce "en primera persona".

En una tercera el extécnico del Barça B y la Roma rodó 55 kilómetros en los que ascendió el Passo Pordoi (2.239 m), el Passo Campolongo (1.875 m), el Passo Gardena (2.136 m) y el Passo Sella (2.244 m), un recorrido circular con casi 1.700 metros de desnivel. "Los paisajes, impresionantes", escribía el asturiano. Los paisajes de este trazado, que forma parte de una de las marchas cicloturistas más exigentes del mundo, la Maratona dles Dolomitas, le dan la razón al arquitecto Le Corbusier. El franco-suizo en su día manifestó: "Los Dolomitas son la construcción arquitectónica más bella de la naturaleza".

En un cuarto día, Luis Enrique pudo degustar dos de los últimos colosos publicitados por el Giro de Italia: el Monte Zoncolan (1.730 metros y rampas del 22%) y el Monte Crostis (1.892 metros). Como postre, presentado con un rotundo "impresionante", el técnico afrontó el Passo Fedaia (2.057 metros), mucho más famoso como La Marmolada. Una de las pretemporadas más exigentes la del nuevo cuerpo técnico del Celta.