El Real Madrid se ha dejado los primeros puntos de la temporada liguera en San Mamés, en un partido de gran ritmo, en el que Isco ha igualado el tanto de Iker Muniain. Un empate que, dada la entidad del rival, podría hacer ver a Lopetegui el vaso medio lleno, pero la remontada del Barça en Anoeta puede hacer el efecto contrario.

Los cambios del técnico vasco han sido positivos, aunque la tercera modificación ha dejado algo fría a la afición merengue. En primer lugar, parece que la entrada de Casemiro sí le ha dado mucha estabilidad al medio campo, algo que falló en la primera mitad, y por supuesto la entrada de Isco, que hizo el tanto del empate.

Sin embargo, ya tras conseguir el 1-1, la entrada de Mariano parecía lo siguiente para completar la remontada, pero Lopetegui se decantó por Lucas Vázquez, retirando además del terreno de juego a Gareth Bale, que había asistido al malagueño en el tanto del empate.

Es cierto que Mariano Díaz se incorporó más tarde a los entrenamiento, pero también que conoce perfectamente la casa y que venía con ritmo después de jugar con el Olympique de Lyon, de modo que sorprende que, sobre todo en un día en el que al equipo blanco le hacía fata gol, no haya contado al menos con la oportunidad de aparecer en el tramo final para al menos intimidar la meta de Unai Simón.