Muy buenas. Hicimos una gran temporada, tanto en la Liga como en la Copa, que podemos coronar con el título.

 

 

Espero que sí. Cuando uno ha disputado ya dos finales y no ha tenido la suerte de ganarlas, acude a ésta con toda la ilusión del mundo.

 

 

Que cuando uno lleva tantos años en el mundo del fútbol sabe que la palabra favorito no existe. Y menos en un solo partido. No puedes quedarte ensimismado pensando que ya lo has hecho todo porque eso te puede costar un disgusto. La parte positiva es pensar que la gente te respeta y valora tu trabajo.

 

 

Osasuna es un buen equipo, que sabe muy bien a lo que juega. Su fútbol es muy aguerrido y competitivo.

 

 

A mí me gusta soñar despierto y saber que esos sueños pueden llegar a cumplirse si tratas de hacer tu trabajo lo mejor posible.

 

 

Es difícil saberlo. No sé en qué momento explotará nuestro talento o su fuerza y de qué lado se decantará el choque. Un golpe de suerte o de acierto puede hacerte campeón o dejarte sin título.

 

 

Es muy difícil imaginar que al término de 38 jornadas estarás entre los cuatro mejores de la Liga y que en la Copa puedes ser campeón.

 

 

Aquí en Sevilla así debería ser. Pero para mí el mayor ritual es el trabajo diario, el haberle dicho a tus jugadores qué quieres de ellos y cómo deben afrontar el partido.

 

 

Lo único que espero es que el resultado sea favorable para el Betis. Pero es lo mismo que le dirán los de Osasuna.

 

 

Nació en Sa Pobla (Mallorca) el 5 de marzo de 1953. Ha entrenado, entre otros, al Mallorca, al Betis y al Barça. Ésta será su tercera final de Copa.